Alberto Varela - Crónicas Atlánticas
El Camino de Vigo
Abel Caballero sigue buscando enemigos de fuera para ocultar la gestión de dentro. Es la primera ciudad, pero no está a la altura
Como buen populista que se precie, el alcalde de Vigo sigue buscando enemigos de fuera para ocultar la gestión de dentro, porque cuando estamos en guerra aceptamos que las cosas en casa vayan regular, todo sea por estar unidos frente a los peligros externos. Abel Caballero ha vuelto a atacar a Santiago ahora por cuenta del Año Santo de 2021, que según su visión retorcida de la realidad sólo beneficia a la capital. Los peregrinos pasan de media poco más de un día en Compostela y para llegar al Apóstol caminan una, dos, tres o hasta cuatro semanas por provincias y provincias . Pasan por pueblos y villas... comen, duermen y generan un subsector económico alrededor del Camino que es la envidia de muchos países. Que pregunten en Palas de Rei, Arzúa o Sarria a quién benefician los peregrinos, pero Caballero no lo va a hacer porque no le interesa.
Toda esta polémica viene por cuenta de la señalización del Camino Portugués por la Costa , que vive un éxito increíble y que está correctamente indicado en todo su recorrido salvo en el término municipal de Vigo. La primera ciudad de Galicia es la última en cumplir , y a quien la dirige no sólo no se le cae la cara de vergüenza, sino que se dedica a atacar a los demás.
Decía el alcalde esta semana que no facilita la señalización de la ruta porque no quiere la simbología oficial de toda Galicia (Vigo merece otra mejor)... pero ¿Cuáles son esos mojones alternativos que propone? Porque nadie los ha visto y todo suena suena a disculpa absurda de quien no quiere asumir que se ha equivocado.
La ventaja del populismo es que reúne en torno a la lucha contra un enemigo común a una parte importante de la población (y eso tiene sus réditos electorales)... lo malo es precisamente lo mismo. Que la gente acaba resignándose a una opción mediocre solo por miedo a ese malévolo agente externo, que en la mayoría de los casos ni siquiera existe. Vigo es la primera ciudad de Galicia, pero su ayuntamiento no está a la altura .
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