Alberto Varela - Crónicas Atlánticas
Los antivacunas
Cada uno es libre de decidir a quién hace caso, si a la ciencia o a los charlatanes, pero los datos están ahí para quien quiera verlos
Pueden darse casos aislados de coronavirus en las residencias de mayores (porque las vacunas no tienen una eficacia del 100%) pero es muy llamativo que desde principios de abril haya empezado a subir la incidencia acumulada en Galicia (como en toda España) pero los centros de mayores hayan quedado al margen de esa tendencia.
¿Han extremado el aislamiento? ¿Han suspendido las visitas? Todo lo contrario, se han relajado las medidas... ¿Qué ha pasado entonces? Pues tan simple como que tanto los mayores como los trabajadores están vacunados. ¡Anda, la vacuna que han inventado los científicos funciona!
Cada uno es libre de decidir a quién hace caso, si a la ciencia o a los charlatanes, pero los datos están ahí para quien quiera verlos.
Y no solo son Victoria Abril o Miguel Bosé . Qué pronto se han olvidado algunos de las iniciativas en Bruselas de una diputada de AGE que en su última etapa se le dio por ir del ganchete con los movimientos antivacunas. No decía estar en contra de la vacunación pero no dudaba en dar voz a los del discurso de que todo son invenciones de las farmacéuticas.
Y por cierto, a ver qué ocurre con la Lei de Saúde de Galicia . Al margen del debate de si los derechos fundamentales deben regularse exclusivamente por Ley Orgánica o pueden hacer regulaciones también las autonomías ha surgido otro: qué deben hacer los gobiernos regionales si les toca gestionar la pandemia y el Estado se niega a regular. ¿Cruzarse de brazos y ver como los jueces tumban cierres o topes horarios para determinados sectores?
Si en febrero del año pasado nos dicen que nos iban a prohibir coger el coche e ir al ayuntamiento de al lado a ver a la novia no nos lo creemos. Pero ha llegado el coronavirus y no solo lo hemos vivido sino que la mayoría entendemos que ha sido necesario para protegernos.
Las excepciones a los derechos fundamentales no son iguales ahora que hace un año. Hemos visto a policías echando abajo una puerta para disolver una fiesta, y seguramente tenían razón.
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