Entrevista

África González, inmunóloga: «Como país nos estamos dirigiendo a una etapa clara de postpandemia»

La experta defiende las vacunas como salvadoras de vidas, pero es crítica en el caso de los niños: «Si los padres no los vacunan, no serán unos irresponsables»

Viajeros en la estación de tren de Santiago el pasado viernes Miguel Muñiz

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Dos años de larga travesía por el desierto de la pandemia han sido necesarios para llegar a un momento en el que algunos expertos ya hablan de «cerrar un ciclo». Armadas con vacunas, medicación específica y muchos más conocimientos sobre el virus que paró el mundo, las sociedades occidentales enfrentan una nueva etapa postpandemia en la que las mascarillas se limitarán a contextos muy concretos —hospitales, transportes, residencias— y en la que la convivencia con el Covid será lo habitual «valorando los fallecimientos que pueda causar y las hospitalizaciones, estudiando otras variantes que puedan surgir, pero sin este machaque diario de incidencias al que estamos acostumbrados». Así lo considera África González, catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, que defiende que «hay que dar ya una sensación de cierta normalidad».

El próximo día 20 marcará un hito en la lucha contra el Covid con la eliminación de la mascarilla en interiores. Una decisión que España retrasó más que el resto de Europa. ¿Hemos llegado tarde a muchas cosas?

Para determinadas decisiones se está siendo demasiado prudente. Se adoptó tarde la medida que eliminaba las cuarentenas y yo creo que el destierro de la mascarilla va asociado. También tiene que ver con que en Semana Santa habrá más movimiento de gente y han preferido pasarse de prudentes. Otros países tomaron esta determinación ya hace tiempo. En el caso de España tenemos un porcentaje de vacunación muy alto, incluso con muchas personas con la superinmunidad que produce estar vacunado y haber pasado la infección. La ómicron es muy contagiosa, pero la incidencia de hospitalizaciones y fallecimientos está bajando por lo que los datos apoyan que podemos entrar ya en la siguiente fase. Es importante ir mandando mensajes a la sociedad, e ir dando pasos adelante. Hay que transmitir que el virus está, se ha quedado y va a seguir estando. Pero como estamos vacunados, lo que hay que trasladar es que la infección va a ser mucho más leve porque nuestro sistemas inmunitario ya ha visto el virus, ya no va a ser nuevo para él.

¿Es precipitado hablar de postpandemia?

Como país nos estamos dirigiendo claramente a eso. La cuestión es que la pandemia sigue a nivel mundial porque el virus está produciendo muchos problemas en países como China. Allí tomaron la decisión de cerrar las fronteras porque su vacuna no es tan eficaz como la nuestra y tienen mucha población, por lo que se enfrentan a muchas hospitalizaciones y fallecimientos. A corto plazo puede estar bien, pero eso solo no es suficiente. Hay que pensar que ya tenemos fármacos muy eficaces antivirales, la dexametasona para los pacientes que están graves, monoclonales para neutralizar virus... son armas para frenar la gravedad. Se sabe mucho más que hace dos años porque gracias a la ciencia hemos conocido muchísimo de este virus, aunque queda mucho por conocer, por ejemplo en el caso del Covid persistente y del cansancio y la nebulosa mental que genera. Hay que ver si se pueden desarrollar tratamientos. También hay que seguir viendo las variantes que siguen circulando e incluso valorar nuevas vacunas que podrían ser más eficaces que las que hemos tenido, que han sido muy válidas a la hora de evitar muertes y enfermedad grave pero no tanto con los contagios.

¿Nos tendrán que poner una cuarta dosis?

Los estudios de Israel no lo están recomendando para población general, porque protege durante un mes y eso no tiene mucho sentido. También hay que tener en cuenta que las primeras vacunas no siempre son las mejores e igual se ve que otras dan una memoria de más larga protección.

¿Y en el caso de los menores de 12 años, recomienda la tercera dosis?

No, porque las infecciones que se están produciendo son muy leves y muy banales en los niños.

Usted ha sido muy crítica con la inmunización de los más pequeños. Pensando en un menor de 4 años que no haya recibido ninguna dosis, ¿es necesario inocular esa primera vacuna cuando cumpla los 5 y entre a formar parte del grupo diana?

Es cierto que he sido bastante crítica con la vacunación en los niños y me mantengo en las evidencias. En los pequeños sanos no ha habido muertes y en los que han fallecido, muy pocos, había patología. Aquellos padres que quieran vacunar a sus hijos, que lo hagan. Y aquellos que no lo quieran hacer, que no lo hagan. No se estarán equivocando, no serán unos irresponsables por no hacerlo. Yo soy una defensora a ultranza de las vacunas, pero ésta no evita los contagios y en el caso de los niños la infección es muy leve, por lo que el beneficio es muy bajo.

Con el paso de los meses hemos ido aprendiendo muchas cosas sobre el virus y su comportamiento, como que el contagio por superficie no es tal, pese a que los geles hidroalcóholicos estén en todas partes...

La mayor parte de los estudios iniciales pusieron el virus en distintas superficies para ver cuánto tiempo se mantenía, pero no se hicieron estudios sobre si el virus después de esas horas infectaba o no. La realidad nos ha dicho que es un virus de transmisión respiratoria, puede estar en las superficies sí, pero de eso a que tenga capacidad de contagio... muy poca. Que limpiemos o que nos lavemos las manos siempre está bien, pero no por el coronavirus, sino por otras cosas. Y esa limpieza no debe ser exagerada.

Comentaba antes la situación de España en comparación con países como China. Haciendo una comparativa más pormenorizada, los datos alertan de una grave brecha. En Galicia la inmunización supera el 90 por ciento, en el conjunto de España el 75, la media de la Unión Europa están en el 70 por ciento, pero en el continente africano solo 8 de cada 100 personas han recibido la vacuna. ¿Qué consecuencias puede tener este desfase?

La OMS dijo desde el primer momento que esto era una pandemia mundial y como tal había que tratarla. Y deberíamos haber escuchado más a la OMS y que hubiera tenido una voz supranacional. Debería haber habido un reparto más equitativo. Aquí se han tirado vacunas, aunque es verdad que eran de logística complicada por la ultracongelación que precisaban. Viendo cada situación, en África hay mucha población que no está censada. Quizás había que haberlos ayudado con el Ejército. ¿Qué consecuencias puede tener? Pues que el virus siga circulando por estos países y surjan variantes que nos puedan complicar la vida. A un virus respiratorio no se le pueden poner fronteras y menos en un mundo tan globalizado. La situación de África nos debería de sonrojar y deberíamos intentar ayudar a que todos los países alcancen unas cotas de vacunación altas, sobre todo entre la población más vulnerable. Es verdad que África tiene una cuota de población joven muy alta y yo hablando con personas que conozco me decían que el Sars no era el problema más importante. Ellos tienen mucha malaria, mucho VIH, mucha tuberculosis, cólera...

Y frente a esto, en occidente sigue habiendo reductos antivacunas...

Sí, lo peor de todo es quien teniendo vacunas no se las quiere poner, eso ya es la vuelta de tuerca. Es inexplicable. Yo cuando doy charlas a mis alumnos uso una imagen de Médicos Sin Fronteras que dice que lo que más miedo da es no tener la vacuna. Vivimos en sociedades que a veces son muy difíciles de entender, cómo se niega el avance científico y cómo salvan millones de vidas tanto en el calendario de los niños como en el caso de Sar-Cov2. Hay gente que se pregunta cómo con tres vacunas se infecta, y hay que decirles que este virus es un poco diferente y que la enfermedad siempre será mucho más leve. Y todo hay que agradecérselo a la doctora Katalin Karikó y a sus vacunas de ARN mensajero.

Hemos pasado por una primera ola, una segunda, una tercera terrible ... y así hasta seis. ¿Seguiremos sumando más?

Podría haber picos, pero ya van a ser más leves que los que hemos pasado. Es verdad que ómicron es el virus más contagioso conocido hasta ahora. Se pensaba que era el sarampión, pero ómicron lo ha desbancado. Y la nueva variante que mezcla el sublinaje b1 y b2 es aún más contagiosa.

Además del reto de la salud física, queda por delante la salud mental...

Si, por eso quiero trasmitir que estamos mejor, que hay que ser optimista y que podemos tratar mejor a la gente. Porque hay un problema de salud mental en gente que ha desarrollado fobias y rutinas difíciles de desterrar. Jóvenes que no se quieren sacar las mascarilla porque se ven más feos... incluso en muchos casos problemas patológicos. Son situaciones que hay que ir valorando y resolviendo para tener una vida mucho más normal.

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