Polémico pregón de Carnaval
Admitida la querella contra el autor del pregón que aludió a «los huevos del Apóstol»
El monólogo, que el autor entendió como espacio de sátira, motivó la denuncia de Abogados Cristianos que ve «indicios claros» de un delito de injurias, incitación a la discriminación y contra los sentimientos religiosos
La Justicia ha admitido a trámite la querella planteada contra el monólogo que el artista Carlos Santiago pronunció el pasado febrero desde el balcón del Ayuntamiento de Santiago como pregón a las fiestas de Carnaval en la capital gallega . La Asociación Española de Abogados Cristianos , la misma que denunció el polémico tuit de Willy Toledo —«Yo me cago en Dios. Y me sobra mierda para cagarme en el dogma de la santidad y virginidad de la Virgen María»—, planteó la querella contra el dramaturgo gallego en base a las alusiones que su pregón incluía a «los huevos» del Apóstol y sus insinuaciones sobre felaciones de la Virgen del Pilar al santo. Argumenta la organización que el monólogo incurre en un presunto delito de injurias, de incitación a la discriminación y contra los sentimientos religiosos .
«El Ayuntamiento de Santiago me llamó para hacer un pregón de carnaval, con sátira, con crítica para todos los lados. Quería reivindicar el carnaval como espacio de crítica », expresó el autor tras el revuelo en entrevistas concedidas a distintos medios gallegos, defendiendo en todo momento que «no retiraría ningun palabra porque no hay nada que retirar».
Abogados Cristianos, recuerda Efe, presentó la querella, ahora admitida a trámite por un juzgado en Santiago, al entender que el dramaturgo difundió, a través de su discurso, burlas hacia la Iglesia Católica y «calificativos eróticos y soeces que atentaban contra el Apóstol, la Virgen María y la Señora del Pilar», y precisando que ante el balcón del Pazo de Bendaña, en la plaza del Obradoiro, «había familias, con niños pequeños, que comenzaron a marcharse al escuchar las ofensas» .
Desde la asociación, esperan que haya una sentencia condenatoria y que los políticos que fomentan este tipo de delitos asuman las responsabilidades. Del mismo modo, opina que «si estos hechos se hubiesen producido en otros países, como Alemania o Bulgaria, el castigo sería mucho más severo que en España».
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