Encuesta del IGE de 2018
En el 90% de los hogares gallegos no vive ningún menor de cinco años
Uno de cada cuatro domicilios está habitado en exclusiva por personas que superan la edad de jubilación
El indicador de personas en riesgo de pobreza o exclusión social alcanza su mínimo en la serie histórica
La preocupante cuestión demográfica de Galicia sigue siendo uno de los mayores quebraderos de cabeza de la Comunidad. El envejecimiento gradual e ininterrumpido que experimenta desde hace ya algo más de tres décadas continúa imbatible su proceso de cronificación –el BOE certificó ayer que el número de habitantes registrados en el padrón bajó por primera vez de los 2,7 millones–, sin que ninguna receta logre obrar el milagro que supondría revertir esta tendencia. La encuesta sobre hogares del Instituto Galego de Estatística (IGE) publicada este viernes corrobora esa fatídica dirección, y ofrece, al mismo tiempo, algunas claves sobre el estado socioeconómico de la población.
Las cifras son – en lo tocante a la cuestión demográfica – cuando menos alarmantes: en nueve de cada diez hogares (el 91,94 %) no había, a fecha de 31 de diciembre de 2018, ni un solo menor de cinco años. En tres de cada cuatro (el 77,15 %), ninguno que no supere ya no los cinco, sino los 16. Por el contrario, y en un claro reflejo que da cuenta de la avanzada edad media de Galicia (una de las más altas de toda Europa), en el 23,78% viven únicamente personas de 65 o más años.
La encuesta, que analiza la composición de más de un millón de hogares (1.062.822, concretamente; 1.142 más que el año anterior y 43.000 más que hace una década), también da pistas sobre las preferencias o hábitos de los gallegos a la hora de establecerse y formar familia. El 31,33 % de los domicilios fiscalizados están configurados por una pareja con hijos. Les siguen las que no los tienen (que representan el 23,5 %) y, muy a la zaga, los que optan o viven de manera unipersonal, que suponen el 22,78 % del total. Esta última cifra, que aumentó cinco puntos respecto a 2017 y cuya edad media es de 64 años, alcanzó su cota más alta en Ferrol: en el 28,35 % de los hogares del municipio coruñés vivía entonces una sola persona, esto es, casi seis puntos más que la media gallega. No es coincidencia, en ese sentido, que la localidad costera también encabece el porcentaje más alto de jubilados (28,04 %), un dato que, en el extremo opuesto, es solo del 18,40 % en Santiago.
Otros datos curiosos por los que destacan los grandes concellos son los siguientes : Lugo, por ejemplo, lidera el número de hogares monoparentales (un 13,34 %). En Pontevedra esa cifra no llega siquiera al 8 %. La Coruña, por su parte, tiene el menor número medio de residentes viviendo bajo un mismo techo (2,29). Y en Orense solo el 6 % de los hogares acogen a un menor de cinco años.
Mejora económica
Hay también, eso sí, buenas noticias. La información del IGE revela en otro orden de cosas que, en 2018, la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social (llamado también indicador ERPE) continúa decayendo. Por tercer año consecutivo, el grupo compuesto por personas en esta situación se vio reducido y se situó en el 18,95 %. Un hito dentro de la serie histórica que arrancó en 2011, pues por primera vez bajó del 20 %.
No es el único parámetro económico que consolida esa dirección positiva. La tasa de riesgo de pobreza (que, a pesar de lo parecido del nombre, se diferencia del ERPE en que no toma en cuenta la carencia material severa de bienes o los hogares que presentan muy baja intensidad laboral) también se contrajo por tercer año seguido y llegó a situarse en el 15,51 %. Y todo gracias al comportamiento de la provincia de Pontevedra , donde descendió algo más de tres puntos respecto a 2017. Fue, sin embargo, la única: las otras tres demarcaciones territoriales gallegas no corrieron esa suerte, y en Orense, por ejemplo, esos mismos tres puntos que restó Pontevedra se añadieron en el sentido opuesto.
Pero hay más. Por ejemplo que, según los datos divulgados por el IGE, las condiciones económicas de los hogares gallegos también presentaron sustanciales mejoras en 2018, pues el número de domicilios que llegó con alguna dificultad a final de mes bajó al 46,28%. Fue, al igual que el ERPE, la cifra más baja de toda la serie histórica , que en este caso tiene su inicio en el año 2007.
El aumento de los ingresos , por otra parte, también se corrobora. De los 2.079 euros al mes que ingresaban de media los hogares gallegos en 2017 pasaron a los 2.196 el año pasado, una subida del 5,63%. El origen de los mismos es dispar: mientras aquellos en los que su principal fuente es el trabajo por cuenta ajena aumentaron hasta el 51,48 %, los que dependen de algún tipo de prestación para mantenerse económicamente se redujeron hasta el 34,83 %.
Noticias relacionadas