Luis Ojea - LA SEMANA

2018: Un año para apuntalar el crecimiento económico

El acuerdo para la revalorización del salario mínimo desacelerará la creación de empleo, el propio concepto es un lastre

El PIB de Galicia lleva tiempo creciendo a un ritmo interanual por encima del 3 por ciento. Esta semana supimos que el último año se crearon cerca de 22.000 nuevos empleos en la comunidad. La recuperación se ha consolidado. El reto para 2018 es apuntalar los pilares en los que se asienta esta fase expansiva del ciclo.

O lo que es lo mismo, no volver a las andadas. Porque una vez superada la recesión lo más cómodo es caer en recetas que cuentan con un amplio respaldo social pero que generan un amplio abanico de externalidades negativas. Por ejemplo, alentar subidas salariales indiscriminadas, sin vinculación a un incremento real de la productividad.

En esa dirección apunta el acuerdo para la revalorización del salario mínimo que desacelerará la creación de empleo. La propia existencia del concepto de salario mínimo es un lastre para el crecimiento económico. Como cualquier otro «precio mínimo» es económicamente ineficiente. Porque lo que muchos socialdemócratas olvidan es que un puesto de trabajo mal remunerado es para muchos parados de larga duración una opción mejor que continuar sin empleo.

Esa es una de las trampas de este tipo de intervencionismo. Que intentando favorecer a los trabajadores con menor cualificación o que tienen más dificultades para retornar al mercado laboral se les acaba condenando. Un escenario de subida salarial, al que parece que nos quieren abocar a lo largo de este año, frenará ineludiblemente el ritmo de contrataciones. Más aún si reaparece el fantasma de una contrarreforma laboral que suprima o reduzca el margen de flexibilidad ganado estos últimos años.

Otra de las faenas de jugar con subidas salariales indiscriminadas es que ello conduce a una inflación creciente. A corto plazo es cierto que un incremento de sueldos mejora el poder adquisitivo. Pero también lo es que a largo plazo conduce inexorablemente a un incremento de precios. Y entonces nos encontramos con que el poder adquisitivo no solo no ha mejorado, sino que para las rentas más bajas ha empeorado notablemente.

Son cuestiones que asumen autores nada sospechosos de flirtear con teorías liberales. No se trata de competir con salarios basura. Se trata de ajustar los sueldos a la productividad. Con sectores, y dentro de ellos empresas concretas, donde sea lógico plantear una subida salarial y otros casos en los que no sea factible. El error es abocar al conjunto del tejido productivo a un incremento indiscriminado.

Sobre todo, si no se reduce la factura de los otros factores que influyen en el coste laboral o se rebaja la presión fiscal que sufren en este país empleados y empleadores. Lo que está en juego es la competitividad, un vector esencial para economías como la nuestra que están asentando esta fase expansiva del ciclo en la pujanza de las exportaciones.

Este 2018 comienza en Galicia con unas expectativas de crecimiento sobresalientes. La industria tiene carga de trabajo en su cartera de pedidos, ha dado un salto notable en el proceso de internacionalización y hay una apuesta decidida por la innovación. Y todo ello con el valor añadido de la ausencia de incertidumbres por la estabilidad política de la Comunidad. Si no caemos en la tentación de viejas recetas caducadas y atajos ya otras veces fracasados este año puede servir para apuntalar el crecimiento económico e impulsar aún más la creación de empleo.

2018: Un año para apuntalar el crecimiento económico

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación