Rescatan a una tortuga boba atrapada entre botellas de plástico en la isla de Tabarca
La Guardia Civil custodió a otro ejemplar que había desovado 130 huevos en la playa alicantina de Guardamar del Segura
La Guardia Civil de Alicante ha rescatado una tortuga de la especie Caretta caretta que se encontraba enganchada en un conjunto de botellas de plástico empleadas, probablemente, para señalizar artes de pesca ilegales. Una embarcación del Servicio Marítimo que se encontraba realizando labores de vigilancia en las inmediaciones de la isla de Tabarca encontró al ejemplar este domingo, que fue trasladado a las instalaciones de la Fundación Oceanogràfic para devolverlo a su hábitat cuando se recupere.
Los agentes observaron en el agua dos botellas que flotaban unidas por un denso cabo de hilo de plástico. Para su sorpresa, una tortuga boba tenía una de sus aletas atrapada en el artificio, impidiéndole nadar correctamente ni sumergirse, y por lo tanto, tampoco alimentarse.
Sin dudarlo, se aproximaron hasta ella para rescatarla. Con sumo cuidado, y cogiéndola siempre desde el caparazón para no dañar sus extremidades, la subieron a la embarcación. Los guardias civiles reciben formación de manera periódica para aprender cómo actuar en estas situaciones.
Ante un hallazgo de este tipo por parte de un ciudadano, el protocolo indica que nunca se retire el enmallamiento que atrapa al animal. Desde la localización, se avisará inmediatamente al 112. A ser posible, se realizará el traslado del ejemplar hasta el puerto, sin agobiarlo, y tratando de mantenerlo hidratado. Una vez allí, los especialistas lo trasladarán hasta el centro de recuperación, donde será retirada la basura, evaluado el daño producido y tratado para su correcta recuperación.
La Caretta caretta, también conocida como tortuga boba, habita en el océano Atlántico, Pacífico e Índico, así como en el mar Mediterráneo. Está clasificada como una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y está incluida en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). El comercio internacional en esta especie es considerado ilícito.
Muchas actividades humanas tienen efectos negativos sobre las poblaciones de tortugas bobas. Las basuras en el mar, tales como aparejos de pesca, forman la mayor amenaza para esta especie. A menudo se enredan quedando atrapadas y sufriendo lesiones que, con frecuencia pueden ser graves, o incluso provocarles el ahogamiento.
130 huevos en Guardamar
Por otro lado, a las 9:30 horas de este martes, la Guardia Civil de Alicante recibió una llamada alertando de que había sido avistado otro ejemplar de tortuga boba desovando en la arena de una playa de Guardamar del Segura.
Las patrullas del Seprona aseguraron la zona para evitar que la tortuga fuera molestada. Había desovado 130 huevos que, siguiendo el protocolo de actuación, fueron cuidadosamente recogidos por los expertos. Una parte fueron trasladados hasta las instalaciones del Oceanográfico, y la otra hasta una playa protegida en Valencia para garantizar que salgan adelante el mayor número posible de crías. Tras ser evaluada por la veterinaria de la Fundación Oceànografic, a la vista de que el estado de salud era el adecuado, la tortuga fue devuelta a su hábitat.
Los especialistas advierten de que durante el periodo de anidación, que coincide con la época estival, la tortuga boba se enfrenta a otra de las principales amenazas para la especie. Como dato curioso, explicaron además que lo sucedido es una excepción, ya que lo habitual es que el desove se produzca durante la noche, y no como ocurrió, a plena luz del día.
En caso de ser avistado un nido de tortuga en la playa o una tortuga desovando en la arena, simplemente hay que llamar al 112. No se debe estrenar al animal ni cogerse los huevos.