La discriminación femenina en las fiestas de Alcoy se somete a «referéndum»

Tal vez por casualidad, aunque no hay mal que por bien no venga, pero la decisión de última hora de la Asociación San Jorge de Alcoy , organizadora de las mundialmente famosas fiestas de Moros y Cristianos más emblemáticas, ha convertido la criticada discriminación femenina de estas celebraciones en una suerte de «referéndum». Si no por el planteamiento formal, porque no se van a utilizar probablemente urnas, pero al menos se va a pulsar la opinión de todos y cada uno de los 11.400 festeros sobre si se autoriza la participación de la mujer en el acto de la Gloria .

La asamblea del jueves 28 de enero se esperaba con expectación después de que la Filà Chan o hubiera planteado una solicitud expresamente para que ellas también pudieran protagonizar el citado episodio del calendario festero. A última hora - tal como adelantó ABC - la directiva maniobró hasta conseguir que ese punto no se sometiera a votación con el argumento de que debía debatirse primero en cada «filà». Entre las 28 representan a unos 6.000 alcoyanos, y un número parecido son asociados a la organización festera, sin pertenecer a ninguna «filà».

De hecho, durante la asamblea, el presidente de la Asociación San Jorge, Carlos Aracil , ha justificado este paréntesis o aplazamiento para que después ninguna «filà» pudiera quejarse de que no se había podido discutir internamente sobre la cuestión. De esta forma, aunque de forma indirecta, cada festero transmitirá su preferencia a su representante en la asamblea («primero tró») quien a su vez votará en mayo en la próxima asamblea general. Eso sí, siempre que alguien vuelva a elevar la propuesta, ya que el presidente no accedió a incluirla en el orden del día sin más, si nadie lo pide.

Desde los sectores más críticos con este «déficit democrático», que ha suscitado incluso la presentación de dos denuncias en los tribunales -una exigiendo el sufragio universal para la composición de la asamblea, votada por solo 52 compromisarios («primer tró») y otra para la transparencia de las cuentas y el uso de subvenciones municipales -, se ha valorado el desarrollo de esta asamblea como grotesco, al defender una sola filà en solitario algo tan obvio como que «no se puede discriminar a la mujer en la fiesta».

Pero perduran en el seno de esta comunidad lúdica cierto sentimiento un tanto anacrónico, cuando no esperpéntico: en esta asamblea, sin ir más lejos, un conseller de honor ha intervenido para comparar la participación femenina en todos los actos de Moros y Cristianos con su inscripción en el Tour de Francia junto con los ciclistas masculinos. Una curiosa justificación para seguir vetando las escuadras mixtas.

También se ha hablado de matices aparentemente tan irrelevantes para un profano en la fiesta, pero que en este contexto adquieren una relevancia de primer orden, como la autorización a mujeres, pero únicamente con atuendos femeninos, cuando en actos como el Alardo o la Procesión la indumentaria carece de significación por sexos. Y tampoco ha faltado la anécdota, igualmente solo comprensible en este ambiente, cuando el presidente ha confundido Filà Chano con Filà Chanos (en plural), lo que ha arrancado carcajadas entre los asistentes.