VISTO Y OÍDO
La cruda realidad de la explotación sexual
El libro «Puta no soy», de la escritora Charo Izquierdo, cuenta la historia de esclavitud de mujeres obligadas a ejercer la prostitución
Hablamos del peligroso mercado ilegal de armas, comentamos el daño tan grande que produce el comercio ilícito de drogas, pero cuando sale en la conversación el tema de la explotación sexual de mujeres y niñas , obligadas por mafias a ejercer la prostitución, en muchas ocasiones bajamos los ojos y miramos hacia otro lado porque el tema nos incomoda.
Precisamente para dar a conocer esta realidad que, sólo en España, mueve cinco millones de euros al día y que llega a los 30.000 millones de dólares al año en el mundo, la periodista Charo Izquierdo ha escrito «Puta no soy», tres palabras que resumen perfectamente el libro que presentó recientemente en Alicante en un almuerzo en el colegio «El Valle» y organizado por el Rotary Club de Alicante . «Sé que el título impacta –explicó la autora-, y que algunos no se atreven a decirlo en voz alta, pero luego llaman a alguien ‘hijo de puta’ y se quedan tan tranquilos. Y es que la sociedad tiene un doble rasero , porque en este caso no hablamos de putas, sino de mujeres obligadas a ejercer la prostitución».
En opinión de Charo Izquierdo, «es muy difícil acabar con un negocio de esta magnitud, pero la realidad es que en el mundo hay cuatro millones y medio de mujeres y niñas esclavas sexuales . Y muchas de ellas están aquí, en España, aunque no queramos enterarnos». Y para hacer visible su realidad, las protagonistas del libro son dos mujeres. Por un lado, la peruana Luna, obligada a ejercer la prostitución desde los 16 años en una zona minera, sórdida y depravada; y la española Julia, presentadora de televisión y obsesionada por la trata de mujeres y que nos llevará a conocer el mundo de la prostitución en España. Con un tono duro y descarnado, Charo Izquierdo es muy explícita en sus descripciones , para que esa realidad nos golpee y nos abra la conciencia.
Cuando alguna de estas niñas como Luna cae en manos de explotadores sexuales, muchas veces vendidas por sus propias familias para salir de la miseria, «las mueven de un local a otro y pueden estar en torno a tres años y medio para pagar las deudas que les ha acarreado su compra, aunque es un dato difícil de comprobar», asegura Charo Izquierdo. «Lo que sí sabemos –continúa- es que es difícil que salgan de ahí». No sólo necesitan reinserción social, laboral o personal ; es que han sido cosificadas durante muchos años para hacer con ellas lo que querían y no se pueden enfrentar con normalidad al mundo.
Muchas son alcohólicas o drogadictas, pierden los hábitos de higiene, y es complicado que vuelvan con sus familias , porque en ocasiones son las que las han vendido... Hay algunas asociaciones como Apram (Asociación para la prevención, reinserción y atención a la mujer prostituida), donde van los derechos de este libro, o el proyecto Esperanza de la Congregación de las Religiosas Adoratrices que buscan que las mujeres que sufren explotación sexual logren autonomía para vivir fuera de ese ámbito .
¿Y cómo podemos luchar contra esta lacra social? «Con educación, divulgación, con trabajo y con la involucración de todos los ministerios en una plan integral contra la trata », asegura Izquierdo. Pues eso, que cuando hablemos del libro «Yo no soy puta» no volvamos la cabeza.