Sumario del caso Erial
La red de Zaplana en Andorra manejó seis millones de euros en efectivo
La UCO cree que el movimiento del dinero pretendía esconder el destino de los fondos
Entre las múltiples ramificaciones internacionales con las que contaría la red que presuntamente promovió Eduardo Zaplana , los investigadores del conocido como caso Erial, que dirige el Juzgado de Instrucción 8 de Valencia, mencionan dos matrices: Luxemburgo y Andorra . A ambos destinos habría ido a parar inicialmente el dinero de las supuestas mordidas –cuantificadas en 10,5 millones de euros– obtenidas a través de la adjudicación de los contratos públicos del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana y de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV). Esas cantidades se desviarían a diversas sociedades extranjeras para blanquearlas y, posteriormente, repatriarlas a España e invertirlas.
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Todo ese proceso conjuga una maraña de empresas mediante las cuales el dinero habría realizado un largo recorrido para ser traído de vuelta (lo cual se consiguió en parte). De un lado, se encuentra Luxemburgo. A la sociedad constituida en este país Imison Internacional –gestionada por Beatriz García Paesa, la sobrina del espía Francisco Paesa– habrían sido transferidos desde Asedes Capital –una empresa de la familia del exdirector general de la Policía Juan Cotino– 6,4 millones de euros procedentes de las comisiones ilícitas entre 2005 y 2006. El papel de Cotino resulta relevante puesto que la propia Paesa aseguró en su declaración en el juzgado que éste le llevó personalmente unos 640.000 euros en metálico para la creación de dos sociedades.
Esos 6,4 millones habrían pasado posteriormente a Uruguay para ser administrados por el abogado y asesor fiscal Fernando Belhot , cuyo testimonio en colaboración con la Fiscalía Anticorrupción ha resultado clave para rastrear y bloquear el dinero.
De Andorra a Belhot
Pero una de las novedades más importantes que se encuentran en el sumario es la operativa en Andorra . La Guardia Civil explica que en el Principado aparece la relación de Joaquín Barceló –a quien se señala como uno de los principales testaferros del exministro– con diferentes productos bancarios. Bien directamente, o bien a través de distintas sociedades radicadas en Panamá: Plaza Fountains, Puncak Services o Adua.
Según la información obtenida, existen entre 2004 y 2007 una serie de abonos, principalmente en efectivo, a una cuenta titulada por Barceló y perteneciente a la Banca Privada de Andorra (BPA). Las cantidades suman 6,4 millones, de los cuales unos seis habrían sido en efectivo y unos 488.000 por transferencia . En 2007, de ese dinero, unos 5,6 millones pasaron a otra cuenta también de Andorra pero cuya titular era la sociedad panameña Puncak.
Estas cantidades terminarían empleándose en operaciones de adeudo: retiradas de efectivo de algo menos de un millón de euros; dos transferencias a Imison (1,5 millones) y a Anipa Corporation (un millón); y traspasos a las sociedades panameñas. El dinero trasvasado a Adua se llegaría principalmente a emplear en una nueva operación de traspaso de fondos en Andorra a favor de otra sociedad panameña, Vansley International (cuyo presidente es Belhot).
Para la Guardia Civil, todo este movimiento tiene un elemento importante: el hecho de que parte de los ingresos de Andorra acaben pasando a Imison y, posteriormente a manos de Belhot. Para los agentes, el objetivo no sería otro que « evitar la conexión entre unas y otras sociedades o cuentas y romper la continuidad del flujo monetario que pudiera llevar a determinar el destino dado a los fondos». Máxime teniendo en cuenta que algunos ingresos se hacen el mismo día y con exactas cantidades.