Imagen de archivo del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta, Mónica Oltra EP
Toni Jiménez

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«Sin reflexiones no se puede actuar» y en los despachos del Palau de la Generalitat se está reflexionando mucho. La imputación de la vicepresidenta Mónica Oltra por la gestión de los abusos de su exmarido a una menor tutelada ha colocado a Ximo Puig en un callejón con pocas salidas que le permitan escapar de la presión política y mediática que se cierne sobre el Gobierno que lidera.

Oltra no va a dimitir. Puig puede cesarla cuando quiera, tiene esa potestad como jefe del Consell, pero tampoco ocurrirá. Compromís romperá el tripartito si lo hace y un Gobierno socialista en solitario o con Unides Podem -en minoría en ambos casos- no es una opción de futuro, pues las elecciones están a la vuelta de la esquina y la izquierda necesitará sumar de nuevo en mayo si quiere mantenerse en el poder.

Misma razón por la que no puede dinamitar el Botànic II -con 52 de los 99 escaños en las Cortes Valencianas- y convocar elecciones, menos aún ante la situación en la que quedará el PSOE tras los comicios andaluces y el auge del bloque de la derecha.

Pero el inmovilismo tampoco es una opción y los socialistas no están dispuestos a aguantar, por muchas fiestas que su partido celebre para blindarla , el desgaste que una Oltra investigada pueda suponer, por lo que urgen a Puig a buscar una salida lo antes posible. El punto de partida está claro: evitar el choque de trenes para poder reeditar el pacto progresista en vigor desde 2015. El Gobierno, como dijo este sábado Puig, «no tiene por qué peligrar» .

Video. Imagen de Mónica Oltra en el acto de Compromís celebrado este sábado en Valencia EFE

Para ello el escenario idílico sería que ambas formaciones se sentaran a hablar y llegaran a un acuerdo antes del miércoles . El pleno del Consell de esta semana -y la posterior rueda de prensa habitual- se celebrará el jueves, al ser viernes festivo autonómico por San Juan. En el Palau quieren esquivar otra comparecencia en la que se ponga el foco en la situación judicial de la portavoz y se desdibuje la acción del Ejecutivo.

Fuentes socialistas consideran que esperar a que la consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas declare en el TSJ el próximo 6 de julio y los magistrados determinen su futuro pueden convertir estas dos semanas en un quebradero de cabeza para los miembros del Consell.

Confían en que se imponga la tesis de Joan Ribó y Compromís, más allá del componente emocional que pueda tener la dirigente para la formación y la defensa de su inocencia, resuelva «colectivamente» el complicado escenario al que ya se está enfrentando y valore sus consecuencias. Después, habrá que buscarle un sucesor a Oltra para que asuma sus cargos institucionales, otra tarea que puede generar fricciones en la coalición.

«Decisiones unilaterales, ni una», recordaba este sábado el diputado nacional de la coalición, Joan Baldoví. Sin embargo, y al menos hasta el viernes -el día después de la imputación-, Puig y Oltra apenas habían cruzado palabra sobre este asunto , como aseguró la vicepresidenta.

Precisamente, la figura de Baldoví, junto a la del exconseller Vicent Marzà, ha ganado peso como posible baza electoral de cara a los comicios autonómicos de 2023. Pero para coger el relevo de Oltra tendría que dejar el escaño en el Congreso de los Diputados, una opción que, salvo sorpresa, no parece que esté encima de la mesa.

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