Voto en blanco, voto útil

Hay modelos y modelos, dirigentes y dirigentes. La sociedad va por un lado, la política por otro. Como estaba escrito desde el 21 de diciembre, en junio volvemos a las urnas . Al parecer los españoles nos equivocamos al votar, debimos hacerlo mal. La culpa de tener que volver a pasar por todo el proceso es de los ciudadanos, no sé en qué estábamos pensado cuando depositamos el voto el pasado invierno. Nuestros políticos, tras cuatro meses de un ridículo digno del más triste vodevil con negociaciones infructuosas y reuniones televisadas condenadas al fracaso antes de sentarse, parecen no haber aprendido.

Al menos, después de ver el resultado de las primeras reuniones para negociar la reducción de gastos en campaña, el «mailing» (algo tan simple como que le llegue a usted la papeleta de los partidos a casa), o los famosos debates - a dos, a cuatro, con Rajoy, sin Rajoy , con o sin Sánchez-, hasta completar un galimatías que vuelve a dejar en evidencia que nuestros candidatos siguen sin dar la talla cuando más falta hace de cara al electorado. Nunca he dejado de cumplir con mi derecho a ejercer el voto, lo entiendo como una obligación, pero he de reconocer que por primera vez me va a costar, y me da que no soy el único.

Enfrente de nuestra clase política, que discute sobre cómo mandarte a casa la misma papeleta que te encuentras en el colegio electoral y que además cuesta una fortuna que como siempre paga el contribuyente, te reconforta que en esta Comunidad sigan existiendo empresas dirigidas por gente seria y responsable, que mira por su cuenta de resultados pero también por las personas y el entorno social en el que desarrollan su actividad. Mientras decidimos las combinaciones que llevarán a Rajoy, Iglesias, Sánchez o Rivera a un plató de televisión, Mercadona ha anunciado que ampliará su plantilla en 5.000 personas para la temporada de verano para facilitar los períodos de vacaciones de muchos de sus empleados.

En la Comunidad, en toda la Comunidad con todas las campañas de empleo de nuestro Gobierno, se crearon en abril poco más de 3.000 empleos . Es una diferencia más entre lo público y lo privado. Esa, y que las empresas privadas si te mandan una carta a casa la pagan ellos, y no tú.