José Font - Los cuadernos de Napoleón
Viernes de dolores
«Las riendas de un partido con una crisis monumental como la del PPCV deben tomarse sin miedo a nada ni a nadie»
Viernes de Dolores, que antecede a la Semana de Pasión, víspera de San José, la fiesta grande de Valencia. Pero no todo es jolgorio y alegría. En la sede de Quart, ajenos a las Fallas , el color morado del tiempo litúrgico cuaresmal va acorde con los ademanes de la actual dirección regional. El Vía Crucis particular del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, ha empezado con la segunda rueda de prensa de la exalcaldesa de Valencia, y con la llamada al orden por parte de Génova 13 , a los concejales imputados para que rindan cuentas a la dirección regional del PPCV. Un clima absolutamente dramático hasta tal punto que se ha podido hablar durante estos días de cisma irreconciliable. Si hace unas semanas hablábamos de regeneración o refundación ahora la sombra de la desaparición ha mostrado rostros difíciles de digerir. Barberá ha vuelto a retar al PPCV utilizando las dependencias de la sede regional para su comparecencia, pero todo indica que será la última vez.
El papel importantísimo que está jugando Isabel Bonig en esta singular cuaresma es vital para la supervivencia del partido en Valencia. Su liderazgo sale reforzado después de los encuentros, uno a uno, con los ediles investigados del grupo popular del Ayuntamiento de Valencia. Isabel Bonig con manu militari, ha estado a la altura de la historia de la formación política valenciana, algo que le faltó siempre a su antecesor en el cargo, Alberto Fabra, que no pudo ganar las elecciones, no supo controlar al partido, ni se le recordará en los próximos lustros...
Ahora bien, Isabel Bonig debe mostrar lealtad institucional a la presidencia nacional del partido, como así está siendo, pero tiene que posicionarse en el difícil terreno independiente, eludiendo así el apoyo a Mariano Rajoy para que vuelva a ser el fallido candidato en las más que posibles elecciones generales del 26 de junio. Bonig debe depositar todas sus energías en la reedición del PP valenciano e ilusionar a la militancia con un proyecto tangible e inmediato.
Las riendas de un partido con una crisis monumental como la de los populares valencianos deben tomarse sin miedo a nada ni a nadie, camino de un congreso regional abierto , como ya piden cada día más militantes de nuestra comunidad. Sólo así puede hacerse con el triunfo en el congreso. Para ello existe en el manual «pepero» un episodio fácil de emular con valentía y arrojo, los tiempos en los que Aznar se convirtió en presidente nacional del PP y de un plumazo borró las siete vicepresidencias del partido, acabando así con las conspiraciones y las veleidades de la vieja Alianza Popular. El juego de la política en la actualidad, consiste en conjugar con destreza, mando y democratización. Es posible, sólo hay que creer en uno mismo.
Es hora de hacer política, sra. Bonig. Hasta la fecha ha demostrado usted ser una gestora envidiable y una gran profesional en la administración pública. Ha sido siempre una mujer pragmática y firme, comprometida con los valores esenciales del conservadurismo español, y que en algunos casos se le ha llegado a comparar como la «Tatcher» valenciana , a veces de forma despectiva desde la prensa progresista, pero esta comparación con la Dama de Hierro británica es, sin duda, un halago que le sirve de acicate para continuar con su labor. Usted ha sabido lidiar con sobresaliente esta primera etapa del trance popular valenciano, y está a un solo paso de salir a hombros por la puerta grande. Cualidades no le faltan. Virtudes muchas, defectos pocos. Sra. Bonig va usted a tener que purgar con maestría. Es su hora y con ella la de la volver a poner al partido del centro-derecha valenciano en el lugar que le corresponde, y más ahora con la amenaza cultural, política y económica del catalanismo dentro y fuera de nuestras instituciones. Un escenario político sin la voz de una gran mayoría del electorado valenciano sería el suicidio de la propia Comunidad Valenciana.