Vicente Vera - Cambridge Circus
SICEP vs Next Generation EU
«Se podría estudiar la posibilidad de articular una «comercial de calzado», al viejo estilo de SICEP, que pudiera amortiguar la incertidumbre en las empresas»
Siendo este un verano atípico por la todavía amenaza de la Covid-19 no podía dejar pasar por alto una efeméride acaecida en Elda en los albores de la Guerra Civil en 1936.
Al igual que a lo largo de este año 2020 ignorábamos lo que podría suceder durante el mes de marzo, cuando el Gobierno adoptó la decisión de aprobar el establecimiento del estado de alarma como prevención ante los ataques del maldito virus. No sabíamos que nos adentrábamos en un complicado proceso de incertidumbre tanto desde el punto de vista sanitario como económico. Limitación de actividad industrial, cierre de bares y actividades lúdicas, académicas, etc. Ahora explico el porqué de esta entradilla algo enigmática.
Fue un 18 de agosto de 1936 cuando se otorga escritura de constitución de la Sociedad Mercantil de responsabilidad limitada SICEP , con domicilio en la calle Fermín y Galán, 32 (hoy calle Nueva), y creada por 23 socios industriales del calzado , que respondía mancomunada y solidariamente de todas las operaciones, compra de materias primas o financieras. Y constituida por un plazo indeterminado, aunque se concretó un plazo de mínimo de nueve semanas. Ingenuamente, se pensó que el conflicto iniciado el 18 de julio no se prolongaría por más tiempo. Una situación parecida a la que venimos padeciendo nosotros desde el pasado 14 de marzo. Y hemos ido avanzando con sucesivas prórrogas hasta mediados de junio, de modo que ochenta y cuatro años después estamos en una nueva situación de absoluta incertidumbre por los efectos de la maldita pandemia.
El Sindicato de la Industria del Calzado de Elda y Petrel (SICEP) surgió de una iniciativa que desarrolló un colectivo de fabricantes de calzado para abordar la situación de caos existente y poder normalizar la vida social, mediante la reconstrucción de la estructura industrial y la regularización de la actividad laboral, con el apoyo de las entidades bancarias y del gobierno municipal. Con el beneplácito siempre de los sindicatos CNT y UGT .
A pesar de las turbulencias ocasionadas por el avance de la guerra, el proyecto SICEP se consiguió que funcionara con cierto éxito, aunque si bien es cierto que a medida que se agravaba el conflicto bélico la repercusión en la estabilidad y control de los pedidos se iba resintiendo y la gestión del negocio se complicaba por días. Aun así, SICEP obtuvo importantes beneficios económicos y sociales, pudiendo evitar un mayor caos y desesperación entre los trabajadores. Se respetaron el pago de las mercancías fabricadas y el pago puntual de los salarios de los trabajadores.
El espacio que disponemos es limitado y no podemos extendernos más. El propósito de este artículo es celebrar el 84º aniversario y desear que sea motivo de estudio en la actualidad para tratar de proyectar una plataforma de parecidas características para luchar contra los embates de la crisis económica y el desplome del PIB en España que se vaticinan para el tercer trimetre de este año 2020.
Es probable que haciendo un estudio en profundidad se podría estudiar la posibilidad de articular una “comercial de calzado”, al viejo estilo de SICEP, que pudiera amortiguar la incertidumbre en las empresas. Quisiera manifestar antes de seguir con mi argumento mi deseo de recomendar la lectura de los trabajos publicados en la revista Canelobre nº 68 editada por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil–Albert dedicada en su integridad al calzado, y en concreto la lectura del artículo allí publicado por mi colega Francisco F. Tordera Guarinos, así como otros trabajos publicados por quien esto escribe, también dedicados a conocer mejor el significado y trascendencia de la historia de este fenómeno tan peculiar que ocurrió hace ya 84 años en nuestra ciudad. En dichos artículos, podrán descubrir todos aquellos entresijos sobre el funcionamiento comercial y financiero de la famosa SICEP.
Al igual que durante la Guerra Civil española las fábricas fueron desviadas por el gobierno republicano hacia la fabricación de botas militares, ropa para el ejercito republicano, munición, etc; durante la pandemia de 2020 se inició una actividad frenética hacia la fabricación de mascarillas y material sanitario como batas para el personal sanitario. A decir verdad, la industria de calzado reúne alguna característica excepcional que la diferencia de otros sectores, su flexibilidad y dinamismo a la hora de reaccionar ante la demanda. Maquinaria y mano de obra muy especializada contribuyen a iniciar procesos de fabricación con la máxima calidad para atender la creciente demanda de los consumidores.
Celebrando el aniversario de SICEP, y dada la difícil coyuntura económica que nos sigue amenazando, atrapados en un escenario invadido por la incertidumbre a medio y largo plazo, nos debería obligar a reflexionar sobre algunas estrategias de supervivencia, y una de ellas podría ser la de poner en valor el modelo SICEP. Podría ser el momento de analizarlo en profundidad con las herramientas que ya disponemos encima de la mesa, me refiero al contenido del flamante Fondo de Recuperación europeo identificado como Next Generation EU . La filosofía de este Fondo no es otra que implementar proyectos de inversión que contribuyan al fortalecimiento industrial. España va a disponer de 140.000 millones de euros para tales fines de reconstrucción de tejido empresarial. Inversiones que hagan crecer la economía de una manera sólida y creadora de empleo y bienestar social.
Todos los analistas coinciden en su diagnóstico que el fenómeno de la globalización va a sufrir un retroceso en el mundo occidental al menos hasta 2022/2023. Por ello, el concepto básico de los proyectos Next Generation EU es proceder a una transformación económica y empresarial que modernice absolutamente el tejido empresarial. Una de las herramientas más importantes ha de ser la difusión de la digitalización en las empresas , elemento fundamental para la modernización de las empresas. Estoy convencido de que diseñar un proyecto de inversión como el aquí propuesto -y con la participación y colaboración de las administración autonómica y local- podría convertirse en acicate para un colectivo de fábricas que estarían en condiciones de vencer los daños devastadores de una caída del PIB que de manera aislada sería complejo superar. Será necesario disponer de una masa crítica que permita afrontar los vaivenes del mercado con mayor fortaleza. En definitiva, si rascamos un poco los proyectos Next Generation EU, contienen la semilla para pensar en un SICEP del siglo XXI. Si afrontó una cruenta guerra civil porqué no se puede vencer esta perturbadora y maldita pandemia de la Covid-19.