Vicente Vera - Cambridge Circus

El coronavirus y la primavera oxidada

«Es muy difícil augurar cuando veremos la luz del túnel, no tengo ninguna duda de que saldremos más fuertes y más solidarios»

Una ciudad vacía, en un cuadro del pintor Edward Hopper ABC

Después de una larga y aturdida semana de confinamiento forzoso, por decreto ley se puede decir, acabo rendido ante la avalancha de pensamientos que me hacen vacilar a la hora de tomar la decisión de escribir y poner sobre la cuartilla en blanco algunas reflexiones que acerca de la horrenda que estamos viviendo muy en vivo, sabiendo que entramos en un túnel que nadie puede vaticinar con certeza cuánto va a durar nuestro transito por dicho túnel de desasosiego y desaliento además de vivir en un estado de permanente congoja.

Esta pandemia provocada por un feroz virus denominado COVID-19 que está asolando el universo, nos está haciendo la vida imposible, no podemos abrazar y besar a nuestro hijos, nietos, esposas, padres, etc. Nos entristece y nos llena de rabia como decía el poeta Dylan Thomas ante el fallecimiento de su padre. Es cierto que todos hemos tenido que articular una vida condicionada por este necesario aislamiento social, de modo que he tenido que refugiarme si cabe mas intensamente que antes de la llegada de este bicho infernal y satánico, en la lectura y en la buena música.

Por otro lado me reconforta saber que el país avanza con mucha pesadumbre pero también con unos increíbles grados de solidaridad y confianza en el futuro a medio plazo, reconfortados por el buen ánimo y predisposición que nos animan a la mayoría de los españoles. Somos un pueblo acostumbrado a padecer situaciones muy extremas durante el último siglo. Sin ir más lejos, estos días cuando veo que algunas empresas de sectores diversos han decidido reconvertir su tecnología y producción hacia la fabricación de bienes imprescindibles para seguir combatiendo los embates del COVID 19: mascarillas , batas para personal médico, respiradores, etc... Recuerdo mis lecturas sobre la Guerra Civil en la provincia de Alicante. Un sector como el calzado en la ciudad de Elda, decidió iniciar un proceso de sustitución de producción, pasando de fabricar calzado de señora a fabricar armamento y botas militares así como prendas y uniformes militares. Estoy remontándome al año 1937-1938, cuando se toma la decisión por el Gobierno central de la II Republica y coordinado por los sindicatos de la CNT y UGT. Esta circunstancia hace que valoremos en su justa medida el escenario que estamos padeciendo y que se ajusta a lo que ya es reconocido como una economía de guerra , ahora sí bacteriológica

Ahora en los primeros escarceos del año 2020, nos estamos viendo golpeados por este bicho microbiológico que esta machacando la población mundial, también en esta desoladora coyuntura somos una población globalizada. Evidentemente, el frenazo económico y productivo que está desatando el confinamiento generalizado está provocando estragos en la economía social y empresarial de tamaño descomunal. Este escenario de temores e incertidumbre jamás lo hemos vivido excepto la generaciones que tristemente vivieron las consecuencias de nuestro conflicto bélico de 1936. También recuerdo que durante la crisis financiera de 2008, los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff publicaron un libro titulado «Esta vez es distinto: Ocho siglos de necedad financiera». En dicho texto muy instructivo para los interesados por la historia económica mundial analizaban las diferentes características que diferenciaban las razones de las sucesivas crisis económicas y financieras a lo largo de la Historia. Reinhart y Rogoff opinaban que efectivamente aquella crisis inmobiliaria y especulativa era diferente. Supongo que ahora se podría argüir que esta situación sanitaria hace todavía más diferente la crisis que estamos empezando a vivir en todas y cada una de las familias: Familiares ingresados por infección del virus, confinamiento generalizado en los hogares, pymes, autónomos, etc.

En cuestión de días las empresas han procedido a enviar a sus empleados a casa, aplicando la fórmula del teletrabajo, y aquellas en que no se puede desarrollar el trabajo en casa han decidido cesar su actividad productiva y comenzar un proceso de ejecución de regulaciones de empleo presentados a las Administración mediante los famosos ERTE

Una ciudad vacía, en un cuadro del pintor Edward Hopper ABC

Nuestro Gobierno de España ha puesto sobre la mesa un plan de emergencia nacional así como el apoyo del BCE, con el programa de compras de emergencia de activos frente a la pandemia por un importe de 750.000 millones de euros hasta final de año, además de otra inyección hacia los bancos el pasado 12 de marzo por un importe de 120.000 millones de euros. Lo que supone un 7,3% del PIB de la Unión Europea. Una cosa muy relevante es reconocer que la sombra de Mario Draghi es alargada primando la sensatez y el reconocimiento del BCE hacia los ciudadanos europeos. Aún vendrá más ayuda, la crisis económica todavía no se ha cuantificado pero sabemos que será más profunda, considero que finalmente se pondrán en circulación los eurobonos, hoy ya denominados coronabonos. Para ello es urgente la solidaridad adicional de los socios de la Unión para la coordinación de un política presupuestaria común, que junto con la política monetaria haga realidad aquel histórico mensaje de tranquilidad del hierático Draghi, cuando dijo aquello de “Haremos lo que sea necesario” para salvar el euro y la unión de Europa. Keynesianos de todo el mundo, uníos!

En cuanto al programa de ayudas y apoyos a empresas y ciudadanos ante esta reiterada etapa de emergencia económica, destacar el mensaje de la presidencia del gobierno, expresando tranquilidad a todos aquellos que pierdan su empleo así como a las empresas y autónomos que hayan de suspender temporalmente sus actividades industriales y comerciales hasta que continúe esta situación de excepcionalidad por el COVID-19. Así lo dijo nuestro presidente Sanchez: Haremos lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta. Al más viejo estilo del prócer económico Mario Draghi. Confiemos que así sea y sin perjuicio de implementar nuevas medidas en función de la gravedad de la situación sanitaria y económica. Todo por la estabilidad y conservación del Estado del Bienestar. Nadie se quedará atrás en esta crisis sin parangón y que, de momento, es muy difícil augurar cuando veremos la luz del túnel. No tengo ninguna duda que saldremos más fuertes y más solidarios de esta doble crisis que nos azota cruelmente.

Termino con dos temas que me parece interesante comentar, el primero es hacernos eco de los recientemente galardonados con el Premio Fronteras del Conocimiento (Fundación BBVA) a los economistas Philippe Aghion y Peter Howitt por desarrollar una teoría del crecimiento económico basada en la innovación generada por proceso de destrucción creativa, siempre recordando la teoría de Joseph Schumpeter y que nos vendrá como anillo al dedo cuando pase toda esta tormenta de destrucción tanto de vidas humanas con de tejido empresarial.

Deseamos que el repunte económico sea en forma de V, de modo que mucho de lo destruido pueda ser levantado sobre nuevo crecimiento fundamentado en la investigación y la innovación. Espero y deseo que ahora sí se pueda incrementar la dotación presupuestaria para potenciar la investigación en la ciencia biológica y médica así como en la innovación de procesos y productos.

Finalmente y ante tanta devastación y tristeza, la primavera , su belleza en los campos y la montaña, no la podremos disfrutar. Por esto pienso que para todos nosotros ha nacido oxidada como nos canta Sabina : “Otoñales van mis años/ Por el rio Guadalquivir /Maquillando el ceño huraño /De Madrid. Si os gusta el ingenio de este sensible trovador refugiaros en esta loa a la primavera.

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