Vicente Vera - Cambridge Circus
Kurosawa, economía y PCR
«Ahora es el momento de I+D, y no solo sanitaria. De repente la economía ha pasado a ocupar un primer plano en todos los medios»
Nos encontramos al filo del cese del estado de alarma aprobado por el Congreso el pasado 14 de marzo para combatir la pandemia, y prorrogado en seis ocasiones hasta el próximo 21 de junio. Con la llegada del verano inauguramos un estío muy diferente marcado por los rastreadores del coronavirus y el fin de la situación de excepcionalidad.
Dando un vistazo general al entorno cotidiano que disfrutamos cada día parece como si nada hubiera pasado. El cambio externo más destacado es el uso masivo de mascarillas con el fin de evitar contagiar y ser contagiados. A lo que voy ahora es a sugerir al Gobierno central y los respectivos ejecutivos autonómicos, que no olviden la tragedia de fallecidos que este ubicuo virus ha ocasionado en todos los hospitales y residencias de mayores del país. Ahora es el momento de reflexionar de manera profunda y no olvidar lo que todos hemos visto. Es necesaria y urgente la dotación de fondos públicos para aprovisionarse de material hospitalario : mascarillas, respiradores, EPIs, etc. suficientes para evitar descalabros ante un posible rebrote y nos vuelva a coger con el pie cambiado. Así como inversión en I+D en los hospitales con departamentos de investigación en áreas especializadas en microbiología y virología, profesionales y médicos dedicados a estudiar la evolución de los virus en los propios laboratorios donde desarrollan su actividad profesional.
Durante el confinamiento he tenido la oportunidad de ver grandes películas de la historia del cine clásico y contemporáneo. Quiero traer aquí una gran cinta dirigida por el director japonés Akiro Kurosawa y titulada Barbarroja (1965), que viene al pelo de lo que se ha vivido en nuestro país durante este largo confinamiento. Significa todo un mensaje sobre el sentido del ser humano en uno de sus mejores dramas. La película es larga, dura unas tres horas, pero no se hace demasiado pesada y los protagonistas son dos médicos que trabajan en una clínica donde tienen ingresados a pacientes, en su mayoría mayores pero también algunos más jóvenes. El asunto que me interesa decirles sobre esta película es parte de uno de los diálogos entre el Doctor Barbarroja y el recién llegado y joven doctor Noburu, cuando este se lamenta de las carencias de la clínica para atender a los enfermos. Y argumenta Barbarroja que “si no hubiese pobreza, la mitad de estas personas no estarían enfermas. Además siempre hay alguna desgracia detrás de cada enfermedad. Sólo podemos luchar contra la pobreza y la ignorancia. Dicen que la pobreza es un problema político: Pero ¿acaso los políticos han hecho algo por los pobres alguna vez? La raíz del problema es mucho más profunda.”
Les pido disculpas por esta larga cita pero considero que revela algo importante de lo que ocurre todavía en nuestra sociedad occidental. El Estado del bienestar no llega a todo el mundo. Aunque en el caso de la Sanidad pública, y después de la Covid-19, el Gobierno, o el mando único sí debería procurar trabajar todo lo que esté en sus manos para cuidar muy mucho de las carencias en material sanitario, personal cualificado en los centros de salud y hospitales así como más dotación de unidades UCI. Lo que ha pasado no debe de volver a ocurrir. Ahora es el momento de I+D, y no solo sanitaria. De repente la economía ha pasado a ocupar un primer plano en todos los medios. La economía lo es todo aunque siempre en compañía de la política, de la buena y óptima gestión. Considero, por lo tanto que la misma economía es un ser que tiene vida por sí misma, es un órgano vivo que ríe y sufre también como todo el mundo. Y yo me pregunto ¿Se le ha hecho un PCR a este ser vivo tan potente y débil a la vez? Después de oír y escuchar a nuestros sanitarios pronunciar dicho acrónimo, ya sabemos que una PCR es una prueba de diagnostico que permite detectar un fragmento de material genético de un patógeno. Determina si una persona está infectada o no por coronavirus. A lo mejor no hemos hecho estas pruebas de diagnostico a nuestra economía en el momento de pasar de una fase a otra del confinamiento padecido. Habría que hacer un minucioso estudio o con la precisión de un entomólogo para conocer el estado del paciente o de los diferentes sectores económicos.
Conocer la situación del mercado, la foto fija de cada uno de los ERTEs con el fin de recabar más información genética del estado de salud de todos ellos. Ciertamente es todo un poco de ciencia ficción pero no viene mal para que hagamos un ejercicio de reflexión ante lo que se nos viene encima en un cercano corto plazo. Es necesario saber si nuestro “tejido industrial necesitará todavía respiradores o apoyo psicológico”. Para ello acudiremos a los epidemiólogos más expertos así como a un despierto economista.
Se ha escuchado hasta la saciedad que nunca en España habíamos sufrido una situación tan grave como esta desde los tiempos de la Guerra Civil y de la posguerra allá por los año 40 del siglo pasado, los años del hambre y de la autarquía e incomunicación con el exterior. Tuvo que ser con el famoso Plan de Estabilización Económica de 1959, cuando nuestro país salió del letargo y de la postración económica para buscar la libertad económica y la competencia que hombres de la talla de Joan Sardá Dexeus , Varela Parache y otros. En este preciso momento necesitamos un nuevo plan de acción económica e industrial que acometiera un verdadero programa de recuperación apoyado por todas las fuerzas políticas parlamentarias. Nuestros socios europeos nos lo van a exigir. Anticipémonos y seamos capaces de estabilizar al paciente. Nos va mucho en ello. Son tiempos schumpeterianos . Regenerar el tejido económico y empresarial obsoleto, la destrucción creativa de Schumpeter: digitalización , economía verde, teletrabajo , innovación, etc. Señores parlamentarios, la coyuntura apremia, en caso de más dilación los resultados serán devastadores para la población en su conjunto.
Termino con un breve apunte sobre el calzado , como industria puntera en nuestra comunidad y todavía sigue creando empleo. Ahora resentido por el parón del Covid-19. Aunque se erigen algunas voces del sector de la moda y el lujo, decantándose por un nuevo concepto del consumo de estos bienes tan preciados por las consumidoras de todo el planeta. Nos exhorta el prestigioso y encumbrado Giorgio Armani a que la industria de la moda, a repensar sus reglas de juego. “Demanda un cambio en el calendario de desfiles y en los ritmos de producción y distribución de las colecciones . El lujo necesita tiempo para adaptarse a un nuevo escenario de consumo, eso sí siempre animando al sector a reaccionar”. Hablo del lujo pues los zapatos que se fabrican aquí son autenticas joyas para los pies.
Concluyo confesando que en algún momento y viendo el panorama tan desolador pensé unirme a la misión de SPACEX con dos astronautas, hacia la Estación Espacial Internacional a bordo de la capsula Crew Dragon, por aquello de cambiar de aires y ahuyentar al maldito coronavirus.