Vicente Vera - Cambridge Circus
Covid-19 y el MacGuffin de Sánchez
«La visión que estamos ofreciendo a los líderes de la Unión Europea: estamos pidiendo ayuda monetaria y somos incapaces de mostrarles que somos un país unido»
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Superado el reto de las primeras seis semanas del confinamiento, reclusión o encierro a cal y canto. No ha sido nada fácil pero finalmente he conseguido evitar la destrucción de mis neuronas o incluso mi equilibrio emocional. En primer lugar tengo que congratularme por el repliegue de la famosa curva de contagiados y comprobar que el número de personas fallecidas también se encuentra bajo control. Está siendo muy virulento este enemigo que no descansa ni de día ni de noche. Confío que pronto habrá posibilidad de rendir homenaje a todos aquellos seres con nombres y apellidos que nos han ido abandonando sin poder despedirse de sus seres queridos . Si ya de por si la muerte de un familiar es un suceso emocionalmente costoso de superar, a veces no se supera nunca sino que cala muy profundo en los recovecos del alma de cada uno de nosotros y lo llevamos con nosotros de por vida .
La intención última de esta reflexión no es otra que analizar si cabe brevemente la otra crisis que va de la mano de los daños ocasionado por la virulencia de la pandemia. Me refiero a los probables escenarios que se pueden presentar a medida que vayan transcurriendo durante los meses de mayo y junio. Es evidente que el programa de desescalada de la reclusión dependerá siempre de la evolución y de los informes que los científicos vayan recabando en cuanto al control y estabilidad de los daños de la Covid 19 .
Estamos asistiendo a una presión psicológica muy intensa por parte de las empresas para reiniciar la actividad comercial y productiva de los negocios que han estado clausurados prácticamente desde el pasado 14 de marzo. De todos es sabido que los daños colaterales van a ser de proporción descomunal, se viene hablando que superará a los producidos por la crisis de 1929 en los Estados Unidos con repercusión también en Europa. Sobre todo por la quiebra de miles de empresa y unas tasas de desempleo desconocidas hasta ese momento.
No me gusta hacer críticas demoledoras a los políticos de turno, pero una vez llegados a este punto de la crisis hospitalaria ya debería de disponer todo el mundo del material que han estado demandando hasta quedarse afónicos. Y todavía siguen faltando mascarillas, guantes y EPIS completos para el personal sanitario.
Con respecto a las ayudas sociales ha sido todo un ejemplo de libro de Kafka, o kafkiano como prefieran denominarlo. Entiendo que somos muchos los damnificados por este parón económico pero un gobierno progresista debería haber previsto toda esta secuela de de despropósitos. Hay cientos de trabajadores que carecen de ingresos y todavía no han recibido ninguna ayuda ni del gobierno central ni autonómico. Y para cerrar este apunte más político manifestar que no puedo entender cómo es posible que tengamos a una clase política con tan escasa o nula altura de miras. Se encuentra España en uno de los momentos más nefastos y triste desde la Guerra Civil y no han sido capaces de organizar un gobierno de reconstrucción nacional olvidando colores de bandera y programas electorales. Es patética la ambición de algunos lideres por conservar el protagonismo político olvidándose del sufrimiento de sus patriotas que están yéndose como decía antes y todos aquellos que ya saben la desesperada situación económica con la que se van a encontrar en unas semanas o días.
Otra cosa importante es la visión que estamos ofreciendo a los líderes de la Unión Europea, estamos pidiendo ayuda monetaria y somos incapaces de mostrarles que somos un país unido. Todo está siendo verborrea de mercadillo y que retrasará las decisiones de Europa. Es obvio que Europa está en juego, al menos su enfriamiento. Ahora es el momento de poner en valor todo la dinámica de grandes reuniones, viajes de unos y otros líderes para alcanzar un gran acuerdo de colaboración y cooperación demostrando a todo el mundo que somos una comunidad respetuosa con los fallecidos en cada uno de los países miembros así como a todos los demás continentes que nos miran con lupa. ¿ Dónde están todos esos billones que se viene negociando y no cuaja acuerdo alguno? Ahora todo menos burocracia bruselense. Eficacia y dinamismo. Europa será o no será en función de esta agilidad que evite más derrumbes económicos y sociales.
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Al hilo de este reflexión por la mayor unidad en Europa, y celebrando estos día el 40º aniversario de la muerte del maestro del suspense y de más cosas, Alfred Hitchcock , explicar que soy un fiel enamorado de este enorme director al que llevo siguiendo desde hace ya muchos años. He podido disfrutar de toda su producción cinematográfica. Estoy convencido que de haber vivido este hórrido suceso intercontinental habría dirigido un terrorífico film provocando todos los resortes del miedo que nos habría dejado pegados en la butaca de las salas del cine. Estos días releyendo uno de los libros más importantes e interesantes para conocer mejor, tanto la obra como el pensamiento de este genio de la cámara, «El cine según Hitchcock», protagonizado por otro gran cineasta de origen francés, François Truffaut . Un libro excepcional que siempre ocupa un lugar privilegiado en mi mesilla. En esencia trata de una larga entrevista entrambos en la que se van desgranando toda la filmografía y anécdotas de rodaje, relatadas por el maestro Hicth, como se le conocía entre sus seguidores. Pues bien en ese libro leía lo siguiente y que siempre me ha encantado su viejo europeísmo: “Las democracias estaban en completo desorden, mientras los alemanes sabían todos a dónde querían ir. Se trataba pues de decir a los demócratas que les era absolutamente necesario tomar la decisión de unirse y agruparse, de olvidar sus diferencias y divergencias para concentrarse sobre un solo enemigo, particularmente poderoso por su espíritu de unidad y de decisión”.
Afortunadamente, ahora el enemigo no es el ejército nazi, ahora el enemigo común para todos es el bicho, por llamarlo más eufemísticamente. Les animo a que se adentren en el magistral mundo del suspense de Hitch. Tienen más de veinte películas para disfrutar. Y que cunda el ejemplo de unidad al que apelaba en sus revelaciones cinéfilas. Adivinen cual es el Mcguffin de Sanchez. Les brindo una pista: «La sombra de la duda».
Pondré punto final a este caudal de pensamientos dedicando unas breves líneas al carácter lúgubre que infunde la economía entre los ciudadanos y gobernantes. Así lo manifestó la directora gerente del FMI en una de sus recientes intervenciones públicas analizando las previsiones económicas para los países en desarrollo como los avanzados. Tildó a la previsión económica para 2020 de lúgubre. Y en este momento recuerdo aquella sentencia que nos dejó cuando escribía asuntos relacionados con la economía, el periodista y escritor Thomas Carlyle, también historiador victoriano del siglo XIX. Culmino afirmando que sigue siendo lúgubre encontrar el secreto de este Universo en la oferta y la demanda.