¿Y si Ximo Puig aprieta el botón?

No lo hará, bueno no creo, pero es para pensárselo. De hecho, un alto cargo del PP en la Comunidad valenciana comentaba entre bastidores «ya puede convocar elecciones anticipadas Ximo Puig en la Comunidad». Lo nunca visto lo vimos este jueves, un partido político suicidándose a nivel nacional y, por tanto y de rondón, con el riesgo de llevarse por delante sus filiales autonómicas.

Hasta ayer, el suicidio político lo hubiera protagonizado el presidente Ximo Puig si a corto plazo hubiese apretado el botón que activaría comicios electorales en 2022. Los sondeos , los de verdad, los serios -no el del CIS - dan a día de hoy un empate técnico entre los bloques de izquierda y derecha, y todos coinciden en que la victoria de Puig o Mazón se dará por una diferencia de no más de dos escaños. Con ese panorama, el discurso válido y que todos dábamos por bueno era el del pasado lunes, en boca de Puig: «La legislatura se agotará si o si». Desde este jueves, yo no lo tengo tan claro y en el PSPV tampoco.

El «roto» para el PPCV puede ser mayúsculo en clave electoral si la herida por la que se desangra Génova no se tapona con urgencia. Carlos Mazón se encuentra con un incendio en el que no tiene que ver, pero en el que se ha posicionado en favor de Pablo Casado , postura que choca con la adoptada por el presidente gallego Alberto Núñez Feijoo , que tardó poco en colocarse de lado de Isabel Díaz Ayuso: «Los problemas hay que resolverlos de forma inteligente, no provocando un incendio». Dos directos al mentón de Casado y García Egea en una misma frase, dos golpes duros de uno de los mejores pesos pesados del partido, para apuntarlo.

Las calculadoras volverán a echar humo. En tan solo cinco días, el PP ha ganado sobre la campana en Castilla y León , Vox quiere formar parte de su gobierno o hacer que se repitan elecciones, Sánchez, que duerme con colchones nuevos en Moncloa por pactar con independentistas que quieren destruir España y con herederos de asesinos, se pone a dar lecciones de moralidad y como no teníamos bastante, Génova y el mayor activo electoral que tiene su partido se llevan peor que Rusia con Ucrania. ¿Quién dijo que ya lo habíamos visto todo?