Siguiente charco con el pasaporte covid

Lo de chocar dos veces en la misma piedra, el Gobierno de España lo dejó atrás hace más de un año y medio, llevamos ya golpes con unas 35, y por supuesto seguimos. La gestión de la pandemia del coronavirus desde el minuto uno hizo que el estado de las autonomías enseñase las costuras. Durante este tiempo hemos tenido navidades con restricciones distintas según el territorio, horarios de toque de queda diferentes, cierres perimetrales a la carta.

Cuando en una región no podías reunirte más de cuatro personas en la de al lado te dejaban bailar y así todo. Ahora la pesadilla vuelve en forma de pasaporte covid . Diversos gobiernos autónomos presionan ya a la ministra de Sanidad, Carolina Darias , para que esta medida sea de rango estatal. Darias se empeñó el día que juró el cargo en algo que parecía imposible, hacer bueno a su predecesor, Salvador Illa , un filósofo reconvertido a máximo responsable de la gestión de la pandemia en España y que ahora sobrevive de forma asi anónima en el Parlamento catalán como premio. Mientras el despropósito está a punto de culminar, cada región se irá a su TSJ correspondiente a pedir cobertura legal y que Dios y la justicia repartan suerte. Apunte ya que a este paso volveremos a necesitar un esquema con diversos diagramas porque en la comunidad que te lo pidan para ir al cine no te lo requerirán en un bar si tiene menos de diez mesas, y en la que sea necesario para acceder a un centro comercial quizá si vas a un concierto de música lenta puedes dejártelo en casa.

Mientras tanto el que aquí suscribe ha viajado recientemente a Galicia , magnífico sitio por cierto. Ni en el vuelo de ida ni en el de vuelta me pidieron el certificado de vacunación cuando en Francia, cada vez que en una terraza te pides un refresco el camarero de turno te obliga a que muestres tu certificado de vacunación. Este no es el camino, y otra vez, ya llegamos tarde