Navidades con la calculadora

Llega la Navidad, que por cierto se celebrará como así anunció este jueves Fernando Simón . Lo que no sabemos es qué Navidad. A esta hora planean sobre España la posibilidad de diecisiete tipos diferentes de restricciones, otro espectáculo «made in Spain». El circo está servido. Todo apunta a que según la Comunidad en la que vivas podrás salir de la misma para viajar a otra región o no, en unas localidades podrán reunirse seis personas máximo para cenar, en otras ocho, en otras diez y en alguna doce. Dependiendo de tu código postal deberás atenerte a un toque de queda u otro. Horquilla desde las diez de la noche hasta la una y media de la madrugada. Obtener el título de ingeniería aeronáutica debe ser menos complicado que entender este galimatías. Sólo falta para que se arme el «belén», nunca mejor dicho, asistamos a comunidades que aprueben la celebración de las cabalgatas de reyes y otras no. Bienvenidos al estado de las autonomías. Decididamente se nos fue la mano.

Es de risa, por no emplear otra expresión, que en mitad de una crisis sanitaria que entrega cada día una media de 400 muertos cada vez que hay que tomar una decisión, diecisiete comunidades y un Ministerio de Sanidad no se pongan de acuerdo. Miras a tu alrededor y te das cuenta que cuestiones así sólo pasan en este país. El resto de Europa, sin embargo, lo tiene bastante más claro. Francia, Italia, Reino Unido o Alemania ya conocen lo se podrá o no hacer durante las fiestas. Sus gobiernos ya han delimitado cómo y de qué manera se podrá viajar, cuantos se reunirán y a qué hora toca retirarse. Igualito que aquí. Y mientras todo esto sigue en manos de un licenciado en filosofía metido a político y que fue ministro de Sanidad por la cuota del PSC. Suena así de mal, y funciona cada día peor.