Vicente Ordaz
Lim go home
«Lim no se levantó una mañana, sufrió el impulso de comprar el Valencia y hasta hoy. Desde aquí se le buscó y desde aquí se preparó la operación»
En la marcha del sábado hay mucha ilusión, coraje y rabia. También amor a una entidad que todos los valencianistas consideramos nuestra. Yo empecé yendo a Mestalla de pequeño, con mi padre. Las sillas de la tribuna eran de esparto, si de esparto, no había marcador electrónico, ya estaba Españeta y la equipación ni siquiera lucía logo alguno de marca deportiva, pero ya era el Valencia. Cada uno tendrá sus recuerdos y las razones que le une a un equipo. Recuerda que se cambia de empresa, de novia, incluso y sobre todo en este tiempo de partido político, omito ejemplos, pero nunca se cambia de equipo.
Vuelvo al sábado, donde muchos, yo no entre ellos, albergan la esperanza de que pueda servir para forzar al propietario a buscar una salida a tanto sinsentido. Lo siento con lo visto, empezando por Peter Lim desde su atalaya en Singapur, siguiendo por su oficial al mando Anil Murthy y terminando por el ‘Travolta’ de su director general no les saldrá por un oído porque ni siquiera les habrá entrado por el otro, directamente les da igual.
Pero mirando de Mestalla para dentro y para ser justos también hay que ser críticos. Lim no se levantó una mañana, sufrió el impulso de comprar el Valencia y hasta hoy. Desde aquí se le buscó, desde aquí se preparó la operación y se le presentó como un Abramovich . Tampoco nadie de aquí puso sus reales encima de la mesa para que todo eso no sucediese. Por otra parte, el Valencia fue casi siempre un club en el que como costumbre y por dinámica de funcionamiento el presidente o no tenía acciones, o las tenía de manera testimonial. Así fueron presidentes Cortés, Ortí, Soriano o Llorente, algo que como en tantas otras cosas solo ha ocurrido en la élite futbolística aquí en el Valencia. Si la solución ahora es un señor que da una rueda de prensa, no ofrece un solo dato, dice que está respaldado por un grupo inmobiliario que no puede citar y recuerda que él será el presidente, nos devuelve a la casilla de salida. La casilla de Dalport, la de Soriano, la del príncipe de Johor, una posición que no presiona a Lim y que a Joey le invita a bailar. Una casilla que se va a llevar al club por delante...