Valentino: «He visto demasiadas veces cómo visten a las sopranos con trajes ridículos»

El inminente estreno de “La Traviata” de Valentino Garavani y Giancarlo Giammetti ha revolucionado la ciudad de Valencia, y no por motivos exclusivamente musicales. En la nueva producción, creada por la célebre pareja de empresarios de la moda para la Ópera de Roma, todo tiene el sello de la sofisticación y las cosas hechas a lo grande .

La cineasta Sofia Coppola , especialista en contar historias trágicas de mujeres aisladas y de personalidad compleja, debuta aquí en la ópera como directora de escena. El escenógrafo londinense Nathan Crowley, candidato a los Oscar en varias ocasiones por películas como “Interstellar” y a los BAFTA por otras como “Batman Begins”, firma la escenografía.

Por si faltaran más reclamos, Plácido Domingo debuta por primera vez en el rol barítono de Giorgio Germont , el padre de Alfredo (papel que defenderá el tenor Arturo Chacón-Cruz). Como protagonista femenina se contará con la soprano letona Marina Rebeka, considerada como la mejor intérprete de Violetta de la actualidad. Un reparto técnico y artístico eminentemente internacional, que se equilibrará con la presencia del valenciano Ramon Tebar dirigiendo desde el foso. Será un reto para el maestro, que dirige esta pieza en Les Arts después de Lorin Maazel y Zubin Mehta.

Como es de imaginar, el estreno de “La Traviata” del próximo jueves se convertirá en un gran acontecimiento social . Estará presidido por la Reina Doña Sofía, cuya última visita al teatro de ópera valenciano se produjo en 2014 con motivo de “La forza del destino”. Se ha confirmado además la asistencia de la actriz italiana Monica Bellucci y otros célebres amigos de Valentino.

El diseñador italiano se encuentra en estos momentos en Valencia supervisando con su equipo los últimos detalles de la producción. Él mismo firma los vestidos que lucirá en escena Violetta Valery, confeccionados en el taller de Alta Costura de la Maison Valentino, casa donde Pierpaolo Piccioli y Maria Grazia Chiuri han diseñado a su vez el vestuario de Flora y el coro. Poco le importa al modisto que, tras el estreno de la obra en Roma la pasada primavera, algunos medios como The Guardian se mostraran tibios ante una producción “bonita pero con poco que decir”, al no ser capaz de salir de lo “tradicional” y el “cliché”.

A Valentino y a su socio Giancarlo Giammetti les horrorizan los anacronismos y las vueltas de tuerca, y han creado una “Traviata” de poderío, a la altura de la obra maestra de Verdi . “A lo largo de los años he visto muchas veces esta ópera en manos de grandes directores que sin embargo no habían captado el espíritu de la música ni del vestuario de la época”, ha explicado esta mañana en rueda de prensa, acompañado por Domingo, Tebar, Giammetti y el intendente de Les Arts, Davide Livermore . “Recuerdo una vez que vi en la televisión una representación en Milán donde habían puesto a cantar a la soprano con un impermeable de plástico. Creo que en una ópera tan importante hay que hacer bella a la cantante, y no vestirla con trajes ridículos”.

Es precisamente esta razón por la que la principal condición que le impusieron a Coppola y a Crowley fue “que se mantuviesen fieles al libreto y a la música”. La directora de películas como “Maria Antonieta”, “Vírgenes suicidas” y “Lost in traslation” no ha podido asistir a los ensayos del espectáculo al encontrarse en plena producción de su última película, pero envió un mensaje por video en el que señaló que su principal empeño había sido “crear una Violetta lo más natural posible”.

“La Traviata” tiene para Plácido Domingo una significación especial . Fue la primera ópera en la que obtuvo un papel principal –en ese caso, el de Alfredo-, cuando apenas contaba veinte años. Ahora, siete años después de cambiar su registro para centrarse en papeles de barítono, abraza el papel de Giorgio Germont con entusiasmo. “Estoy mucho más cómodo en el rol de padre y además me brinda la oportunidad de cantar una parte medular de este ópera, el dueto con Violetta”.