José Font - CUADERNOS DE NAPOLEÓN

Valenciamsterdam

«Estos administradores del dinero público que invierten en actos de Puigdemont 12.000 euros pasarán de largo»

Imagen de Joan Ribó tomada este jueves en Valencia EFE

Han florecido los tulipanes en el parterre. Los quesos del Mercado Central han mutado todos al mítico queso de bola rojo , el holandés. Los zuecos abundan por el ensanche mientras hombres y mujeres los muestran orgullosos. Desde los jardines del Real nos llega el aroma de una misteriosa hierba que provoca la risa sin cesar. Las fallas serán sustituidas por molinos de viento en todos los puntos de la ciudad. Y todo ello, señoras y señores, para recordarnos que la Capital del Turia ahora es capital del Amstel -ambas buenas cervezas por cierto- ya que Ribó ha decidido que Valencia sea la copia mediterránea de la primera ciudad de los Países Bajos.

¿Por qué? Si no saben la respuesta es que no viven en Valencia , o son de otra provincia, pues tanto los habitantes del centro como los que cada mañana cogen el coche desde las afueras para dirigirse a la urbe, han sufrido y siguen sufriendo el caos circulatorio, las aglomeraciones y atascos monumentales por estar toda la ciudad abierta en canal . Para los peatones, no es distinto, pues como trincheras en campos de batalla , deben sortear piedras, vallas, bloques, montones de tierra... todo causado por la maldita obra del carril bici. La obra faraónica del primer edil que quiere pasar a la historia como el alcalde que por decretazo, ha convertido en holandés al valenciano, obligándole a ir en bici, pues esto deberá hacer el contribuyente, si de verdad quiere sobrevivir en nuestra ciudad levantina. Taxis sin paradas, paradas sin taxis, los aparcamientos ocasionales nocturnos de los vecinos del centro, desaparecidos. Otra vez legislando para unos pocos . Hay más atascos que antes. Es un hecho. Se tarda una media de 10 a 15 minutos más de lo normal, en llegar a casa desde la Pista de Silla, y el mismo tiempo al trabajo desde la metrópoli. Y ¿para qué? ¿Para que vayan en bicicleta unas cuántas personas? ¡Pero qué demonios! Ya tenemos un cauce maravilloso que vertebra la ciudad de punta a punta, lo cual facilita que un ciclista vaya a trabajar a su oficina, a hacer deporte si quiere, o a visitar a su tía de la manera más grata posible llegando a todos las zonas de Valencia cómodamente.

Ya queda menos, dos años y estos administradores del dinero público que invierten en actos de Puigdemont -12.000 euritos- pasarán de largo. Ha sido duro, está siendo duro, pero las urnas los devolverán a su sitio. Los peores gestores de Valencia, sí los peores y más sectarios que gobiernan para las minorías, se irán a hacer puñetas en 2019. De momento el alcalde ya podrá volver a montar en bici para ir al Ayuntamiento…

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