Covid-19
La Generalitat Valenciana ordena la retirada de cadáveres por coronavirus por un exceso de muertes del 35%
El Gobierno autonómico trata de evitar la acumulación de fallecidos en unos hospitales colapsados por la pandemia
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«Como si todos los días un avión mediano lleno de valencianos se estrellara». Es el sentir de Ricardo Gimeno, jefe de sección de las UCI del Hospital La Fe de Valencia, ante el centenar de muertos diarios que el coronavirus ha dejado en la Comunidad Valenciana durante la última semana. De hecho, entre el 1 de diciembre y el 25 de enero se ha producido un exceso de la mortalidad del 35,6 por ciento en la región, de acuerdo con los datos del Instituto de Salud Carlos III, similar al que se registró en marzo y abril.
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Por ello, la Generalitat ha ordenado que, a partir de hoy, los fallecidos por Covid-19 sean trasladados inmediatamente al depósito del cementerio de su localidad o al de la funeraria para que se proceda a su inhumación o incineración tan pronto sea posible.
Una medida excepcional que ya se activó en otros puntos del país durante la primera ola, y que ahora el gobierno autonómico valenciano vuelve a poner sobre la mesa por razones sanitarias «obvias» y para que «no se acumulen» los cadáveres en los hospitales . Las víctimas del virus, según la resolución oficial publicada ayer, podrán recibir sepultura sin necesidad de que transcurran más de veinticuatro horas del fallecimiento, y una vez obtenidas la certificación médica de defunción y la licencia de enterramiento.
A pesar de ser la única región que ha puesto en marcha este mecanismo legal, tanto la Generalitat como fuentes del sector funerario sostienen que «no se puede decir en absoluto que se esté produciendo un colapso» , según asegura a ABC Alfredo Gosálvez, secretario general de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef), que envía un mensaje de tranquilidad a la población.
Gosálvez explica que este dictamen solo busca «extremar las medidas de higiene», aunque avanza que han solicitado al Ministerio de Sanidad que se priorice la vacunación de los profesionales de este sector para garantizar la prestación de sus servicios, puesto que, en algunas autonomías, el personal de baja o en cuarentena por coronavirus supone el diez por ciento. Según los datos de las empresas funerarias, en el año 2019 fallecieron, de media, 120 personas cada día por todas las causas posibles en la región. Solo este pasado miércoles se registraron 93 óbitos por la pandemia.
El golpe más duro
La Comunidad Valenciana se sitúa en estos monentos como el epicentro de la tercera ola con la incidencia acumulada más elevada de toda España - 1.438 casos por cada cien mil habitantes - mientras en los hospitales con la mayor presión del país hacen malabares para adaptar cafeterías o capillas y estirar así al máximo el número de camas disponibles para atender la avalancha de ingresos. Hasta ayer se contabilizaban 4.588 enfermos hospitalizados, 633 de ellos en unas UCI saturadas que, en algunos casos, han triplicado su capacidad.
Tras el verano, la región aguantó con la tasa de contagios más baja del país, pero el puente festivo de octubre prendió la mecha de una curva en ascenso que hizo que el descenso de la segunda ola se solapara con el inicio de la tercera, a las puertas de las Navidades más restrictivas del país. Aun así, justo la noche de Reyes la autonomía alcanzaba cifras récords que en las siguientes jornadas se pulverizaron hasta llegar a la situación actual, con unos hospitales desbordados, la transmisión descontrolada y esperas de hasta una semana para realizar las PCR en los centros de salud . Desde entonces han muerto ya más de 1.500 personas -4.512 en toda la pandemia-, a razón de un centenar de fallecidos cada día. De hecho, una de cada cuatro personas que han muerto por coronavirus en España durante la última semana era valenciana.
Con la actividad no urgente suspendida y derivando pacientes a la sanidad privada, que también empieza a acusar el aluvión de enfermos, los casos de coronavirus leves o moderados son trasladados a los hospitales de campaña anexos al centro de referencia de cada una de las tres provincias. En estos momentos preocupa, sobre todo, la situación en las 65 residencias de ancianos intervenidas por la Generalitat y el brote detectado en la cárcel de Picassent , la prisión más grande de España, con 161 internos contagiados y otros 412 en cuarentena, según el sindicato Acaip.