Alberto Caparrós - CRÓNICAS SABÁTICAS
Valencia: un gran mercadillo ilegal en Fallas
«El alcalde solo tiene que bajar del balcón y escuchar a las personas que le piden que les rescate»
![Imagen de un puesto de venta ilegal difundida por la Federación de Hosterlería](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2018/03/04/venta-ilegal-valencia-kJ0F--1240x698@abc.jpg)
«Estas no son las Fallas que queremos» . Lo denuncian la Federación Empresarial de Hostelería , la Asociación de Comerciantes del Centro y la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios que, entre otras organizaciones representativas de la sociedad civil de la ciudad, han solicitado al Ayuntamiento una reunión urgente para abordar el grave problema de la proliferación de negocios ilegales que, con motivo de las fiestas, campan a sus anchas por la ciudad.
Todavía se está tiempo de evitar un severo perjuicio económico a las pymes que generan empleo, cumplen todo el año con la ley y, en Fallas, disponen de una oportunidad de incrementar sus ventas.
El alcalde de Valencia, Joan Ribó , como máximo responsable del gobierno municipal, tiene por delante quince días para impedir que se vuelvan a repetir imágenes como las de este fin de semana, en las que los vendedores ilegales escondían en los contenedores de basura las patatas y las cervezas que luego venden en la misma Plaza del Ayuntamiento, mientras los dueños y empleados de establecimientos legales aguardan a las puertas de sus locales vacíos a que termine la mascletà para que se abra el acceso a sus clientes. Surrealista, pero cierto.
![Imagen de la calle Barcelonina, cortada al paso de los peatones, tomada este jueves antes de la mascletà](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2018/03/04/negocios-mascleta-kJ0F--510x349@abc.jpg)
Aunque la situación no es nueva, este año resulta especialmente dolorosa para las empresas -en su mayoría pymes y autónomos- que pagan religiosamente sus impuestos y que, por las medidas de seguridad implantadas, quedan aisladas por las restricciones al paso de los peatones en las horas previas a la mascletà , justo en el momento de mayor concurrencia de potenciales clientes en la Plaza del Ayuntamiento y las calles adyacentes.
La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia ha calificado de «terrible» la imagen que se ha visto en el primer fin de semana de las fiestas: « Mientras en calles cortadas los clientes no pueden acceder a bares, restaurantes y comercios, decenas de puestos ilegales (que recordemos no pagan impuestos, ni generan empleo, ni cumplen ninguna normativa higiénico-sanitaria) se sitúan en la misma Plaza del Ayuntamiento [conforme viene denunciando ABC desde el pasado jueves] sin que nadie haga nada al respecto».
![Imagen de un puesto de venta ilegal difundida por la Federación de Hosterlería](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2018/03/04/venta-ilegal-valencia-kJ0F--510x349@abc.jpg)
El presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios , Fernando Móner , califica como «lamentable» una situación que describe en los siguientes términos: «Decenas de puestos ambulantes ilegales en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia durante el primer fin de semana de marzo. Lamentable que ilegales se ganen sus buenos dineros sin pagar impuestos y sin medidas higiénico sanitarias, y los miles de bares, restaurantes y tiendas legales que pagan sus impuestos, mirando durante minutos y más minutos sin que aparezcan los policías locales que están por toda la Plaza» .
La Asociación de Comerciantes del Centro Histórico sostiene que «entendemos las medidas de seguridad. Pero no comprendemos cómo mientras se corta el acceso de público a nuestros comercios, los ilegales puedan hacer negocio» .
La gravedad de los hechos denunciados y la representatividad de las organizaciones -todas ellas sin más afán que la defensa de los intereses de sus asociados- que reclaman soluciones al Ayuntamiento obligan al alcalde Ribó a asumir personalmente el reto de que Valencia no se convierta durante sus días grandes en una suerte de mercadillo ambulante ilegal.
Las Fallas van más allá de la organización de actos lúdicos y de la elaboración de decálogos de buenas prácticas . Los gobernantes tienen la obligación de hacer que se respete la ley y el deber de ponerse del lado de aquellos que la cumplen y con sus impuestos sufragan el coste de la fiesta.
Las Fallas, reconocidas por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad , ponen el foco mediático en una ciudad que no se puede permitir trasladar una imagen caótica y donde no se cumple la ley.
Joan Ribó lo tiene delante de sus propios ojos. Solo tiene que bajar del balcón y escuchar a las personas que le piden que les rescate.