Desescalada
Valencia Fase 2: los mercados ambulantes no volverán a la ciudad hasta que puedan ampliar sus puestos
La restricción de las paradas a un tercio hace inviable la rentabilidad de los 17 mercadillos de la ciudad tras más de dos meses sin actividad
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Los mercados ambulantes de Valencia tendrán que esperar. A pesar de que la ciudad ha entrado en la fase 2 este lunes, los vendedores han decidido que con las condiciones impuestas en el plan de desescalada del Gobierno por el Covid-19 no es rentable sacar las paradas a la calle .
Medidas «muy restrictivas» que limitan a un tercio el número de puestos respecto a los habituales, con una distancia de dos metros entre ellos, y que hacen «totalmente inviable la posibilidad de trabajar en Valencia, porque tampoco se puede ampliar el espacio y es difícil elegir quién sale y quién no», explica a ABC el portavoz de la Agrupación Integral de Comerciantes Sin Establecimiento (AICSE), José Vicente Domínguez.
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La ciudad cuenta con 17 mercados extraordinarios -sin contar el de la Plaza Redonda y el rastro de los fines de semana-. «Hay días con tres y hasta cuatro mercadillos», confiesa Domínguez. Todos ellos decidieron por unanimidad esperar a la tercera fase -en la que se podrán montar hasta la mitad de paradas- para estudiar si es viable o no.
Así se lo trasladaron al concejal del rango, Carlos Galiana, en una reunión a principios de mayo. De hecho, fuentes municipales confirman a ABC que en cuanto los vendedores decidan reabrir, el consistorio se encargará de autorizar su instalación y les ayudará a adoptar las medidas pertinentes.
Su vuelta a las calles dependerá también de las ayudas que lleguen para este sector tras más de dos meses sin actividad y en una situación «muy crítica en muchos casos» con una campaña de invierno que «que no se llegó a liquidar».
Domínguez comenta que «entre unas cosas y otras, nos pondremos a trabajar cuando tendría que estar finalizando la campaña de verano. ¿Con qué género te pones a vender?», con la circunstancia añadida de que las ventas en julio y agosto «flojean» en la capital del Turia.
Además, se sienten en inferioridad de condiciones respecto a las grandes superfícies. «Cuando entras a un supermercado a comprar, existe una limitación de aforo, pero entre un tipo de agua y otro no existen dos metros de distancia y te juntas con otras personas en el mismo pasillo. Nos sentimos discriminados en este sentido, más cuando estamos al aire libre».
La situación en otros municipios es similar. Aunque las paradas salen a la calle, la gente «no hace colas sin saber si estará su vendedor habitual y no se vende. Se pierde el aliciente que tenía antes y que es una seña de identidad: el trato directo con el cliente».
Las asociaciones del sector reclaman ayudas por parte de todas las administraciones - solo han legado las ayudas por cese de actividad y «a cuentagotas» - y se muestran optimistas ante la reunión que mantendrán este miércoles con la Generalitat en el que plantearán al Gobierno autonómico que «se rebajen las restricciones para poder trabajar al cien por cien con las medidas adecuadas de seguridad» de cara a la fase 3. El objetivo es entrar en el mes de septiembre -con el inicio de la nueva campaña- «con la mayor normalidad posible» y todos los vendedores en las calles.