Fases de la desescalada

Valencia cancela definitivamente las Fallas hasta 2021 por el coronavirus

El Ayuntamiento y los representantes del colectivo fallero descartan unas fiestas a medio gas en julio

En directo | Última hora del coronavirus y la desescalada en la Comunidad Valenciana

Imagen del ninot de la mujer que presidía la falla municipal, con mascarilla por el coronavirus ROBER SOLSONA
Toni Jiménez

Toni Jiménez

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El rito del fuego tendrá que esperar hasta 2021. El Ayuntamiento de Valencia ha suspendido definitivamente las Fallas este año y los monumentos no volverán a las calles hasta el próximo mes de marzo tras descartarse celebrar las fiestas en julio por la pandemia del Covid-19.

Una decisión consensuada con diferentes representantes del ámbito fallero en una reunión en el Hemiciclo municipal presidida por el presidente de Junta Central Fallera y concejal de Cultura Festiva, Carlos Galiana, y el alcalde la ciudad, Joan Ribó. «Es la mejor opción» , ha explicado Ribó en rueda de prensa.

El Ayuntamiento propondrá que las Falleras Mayores de 2020, Consuelo Llobell y Carla García, continuen ejerciendo su cargo durante este nuevo ejercicio, acompañadas de sus cortes de honor.

«Siempre dijimos que cualquier posible celebración en julio dependería de la situación sanitaria, y esta misma semana hemos visto como no pasábamos en un primer momento de la Fase 0 a la Fase 1 de la desescalada. Evidentemente, ha sido un factor determinante . Porque no podemos esperar a organizar todo el operativo de una fiesta como las Fallas a expensas de saber si la situación se normalizará en las próximas semanas. Aunque sea en el marco de lo que algunos llaman la nueva normalidad», ha asegurado Ribó.

Tanto el primer edil como Galiana han anunciado un plan de apoyo a las Fallas -que todavía no se ha detallado- por el que se propondrá a los presidentes y presidentas de las comisiones un plan de trabajo que aúne los ejercicios de 2021 y 2022 y se condicionarán las subvenciones que anualmente otorga el consitorio a una serie de requisitos y compromisos económicos, sobre todo, con los artistas falleros.

Del mismo modo, se buscará la complicidad del Gobierno central y del autonómico, así como de las instituciones europeas en materia de ayudas para esta fiesta Patrimonio de la Humanidad.

Cuarta suspensión en su historia

Castellón y Alicante anunciaron también este martes que cancelaban sus fiestas de la Magdalena y las Hogueras , respectivamente. De hecho, pocos municipios de la Comunidad Valenciana en los que se celebran las Fallas quedan ya por confirmar su aplazamiento hasta dentro de diez meses por la evolución de la pandemia de la Covid-19.

Las fiestas josefinas solo habían sido paralizadas anteriormente por conflictos bélicos y una tasa en el siglo XIX . En concreto, se suspendieron por estar el país inmerso en guerras, la de Cuba de 1896 y la Civil, y una más por motivos económicos, cuando la subida a 60 pesetas del impuesto municipal en 1886 por el montaje en la calle llevó a las comisiones, de forma individual, a no ocupar la vía pública.

El consistorio valenciano se había resistido a dar por perdido, a la espera de ver cómo evolucionaba la pandemia del Covid-19, aunque las comisiones ya vislumbraban que la alternativa que se ofreció apenas 24 horas después de la suspensión -celebrar las fiestas del 15 al 19 de julio- era poco realista. Así lo expresaron en una encuesta que ha circulado por los casales en los últimos días y que ha propiciado avanzar la decisión que se había previsto tomar el 15 de junio, un mes antes de poner en marcha la maquinaria de nuevo.

Por parte de las comisiones falleras de la Sección Especial, su presidente, Rafa Mengo, comentaba a Europa Press antes de la reunión en el Ayuntamiento de Valencia que no desean celebrar las Fallas si no es «en condiciones» . Asimismo, ha matizado que hay que tener en cuenta que «igual, socialmente», tras la suspensión de otras grandes celebraciones en España y de las «fiestas hermanas» de Alicante y Castellón y con el número de fallecidos provocados por el Covid-19, «no queda bien visto» que tengan lugar las Fallas.

Barceló: Los alcaldes conocen «sus responsabilidades»

Precisamente horas antes sobre la posible cancelación de las Fallas, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, ha comentado que «tenemos magníficos alcaldes que saben cuáles son sus responsabilidades» y que «cuando tienen toda la información tienen la capacidad de decidir junto al ámbito social».

Barceló ha señalado que en la reunión que este martes mantuvo con los alcaldes de Valencia, Castellón y Alicante no le pidieron su opinión sobre si debían cancelar sus fiestas grandes por la crisis sanitaria. Al respecto, ha explicado que les trasladó cómo estaba la situación en la Comunidad Valenciana y es el alcalde «el que tiene tomar la decisión» con esa información y junto a la parte social que participa en las fiestas.

Imagen del montaje de una falla durante los días previos a la suspensión en marzo ROBER SOLSONA

La evolución de la pandemia hacía inviable las fiestas

«El Ayuntamiento -de Valencia- propuso celebrarlas a mediados de julio, pero en estos momentos es muy aventurado saber qué va a pasar en los próximos meses». Eran las palabras del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en una entrevista en TVE días después de comparecer ante los valencianos para anunciar la suspensión de las Fallas en toda la Comunidad Valenciana por el coronavirus. Un dardo con el que el jefe del Consell evidenció que el hecho de poner fecha a las fiestas tan pronto no había sentado bien en el Palau.

Con las luces de los barrios encendidas, los actos previos en marcha y algunos monumentos ya en la calle , aquella tarde del 10 de marzo, que parece tan lejana, empezaba a anticiparse la virulencia con la que una pandemia mundial golpearía nuestras vidas y el Gobierno autonómico -pese a las reticencias iniciales de algunos de sus miembros- no pudo retrasar más una decisión histórica que también se llevó por delante la Magdalena de Castellón.

En la rueda de prensa del día posterior en el Salón de Cristal del Ayuntamiento de Valencia y con la ciudad «en shock», el alcalde, Joan Ribó, no quiso especular con una hipotética fecha. Sorprendió entonces que, apenas seis horas después, el consistorio y las asociaciones falleras anunciaran un calendario consensuado para celebrar las fiestas en verano , aprovechando el marco de la Feria de Julio -ahora también suspendida- y el fin de semana que coincidía con los días que tradicionalmente han marcado las celebraciones más importantes - del 15 al 19-.

Imagen de la mascletà del 1 de marzo EFE

Un «plan B» que en su momento suscitó tanto el beneplácito como el rechazo de algunos de los colectivos más arraigados a las Fallas. También a nivel político, desde la oposición en el Ayuntamiento y algunas voces socialistas del Gobierno autonómico, veían la jugada de Ribó como una forma de tapar su ausencia en la reunión previa al anuncio de la suspensión, a la que sí acudió el concejal de Cultura festiva, Carlos Galiana, -también de Compromís- y a la que, según el primer edil, no se le había invitado.

La búsqueda de soluciones para los artistas falleros , ante el golpe que puede suponer para un sector tan precario el hecho de no dar salida a sus trabajos, centró en un primer momento el debate sobre la conveniencia de quemar los monumentos lo antes posible para empezar a pensar en los próximos. De hecho, algunas comisiones han renovado a sus artistas de cara a 2021 para que puedan mantener abiertos los talleres y hagan frente a los pagos con suficiente solvencia económica.

Pero en los casales, al tiempo que empezaba un nuevo ejercicio contable con los ninots del anterior guardados en almacenes o en Feria Valencia , la idea inicial de unas Fallas en bañador y chanclas se desvanecía ante las cifras que arrojaba el Covid-19. Eso sin contar el aplazamiento de otros grandes eventos similares.

Imagen de los días previos a la plantà y a la declaración del estado de alarma en Valencia EFE

Todos los monumentos no corrieron la misma suerte. Los que ya tenían más avanzada su plantà tuvieron que ser protagonistas de una cremà atípica, sin público y sin previo aviso. Así ocurrió con la falla municipal con el lema «Açò també passarà» , de la que pudo salvarse el ya icónico busto de la mujer con mascarilla, que incluso fue portada de este periódico.

El presidente Puig señaló octubre como un horizonte más favorable para sacar de nuevo los monumentos a la calle. El festivo autonómico del viernes 9 para la plantà y la festividad nacional del lunes 12 para la cremà situaban el segundo fin de semana de ese mes como un posible «plan C». Pero, finalmente, los falleros tendrán que esperar hasta marzo para volver a celebrar sus fiestas en condiciones. Esto también pasará.

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