Valencia
Absuelven a un maltratador de romper el alejamiento al coincidir con su víctima en butacas contiguas del cine
La sentencia entiende que el acusado no era consciente de haber coincidido en la misma sala y fila con su expareja, ya que cuando ella entró las luces estaban apagadas
La Audiencia de Valencia ha absuelto a un hombre de la acusación de haber vulnerado las medidas de alejamiento a las que había sido condenado como autor de varios delitos de violencia género porque juzga que, aunque coincidió con su expareja y víctima una noche en el cine , la cercanía de ambos fue fortuita.
El hombre había sido condenado en febrero de 2017 por un delito de maltrato habitual, dos delitos de lesiones en el ámbito familiar y un delito contra la intimidad, y como parte de esa condena se le impuso la prohibición de aproximación a su exmujer a menos de 200 metros.
«Así las cosas, el acusado, sobre las 18:45 horas del día 10 de diciembre de 2017, se encontraba en la Sala 10 de los cines Kinépolis, sitos en la Avenida Francisco Tomás y Valiente del término municipal de Paterna, junto a su nueva pareja, para ver la película Perfectos desconocidos , ocupando las butacas 16 y 17 de la fila 17 », cuenta la sentencia.
«Allí acudió también M., ocupando los asientos 14 y 15 de la referida fila 17 . Para acceder a dichas butacas tuvo que pasar por delante del acusado, quien ya se encontraba en el interior de la sala sentado en su butaca cuando su exmujer accedió a la sala. Tanto el acusado como su expareja permanecieron en la sala durante toda la proyección de la película, no abandonando la Sala hasta el final de la proyección», cuentan también los hechos probados.
Sin embargo, la sentencia entiende que no existe prueba alguna que acredite que el acusado era consciente de haber coincidido en la sala de cine con su expareja, ya que cuando ella entró las luces estaban apagadas , y él, antes de que empezara la película, estuvo atareado con llamadas telefónicas de móvil.
«Además -añade el tribunal- el ticket de entrada acredita que las entradas de la expareja fueron adquiridas a las 18.44 horas , cuando la sesión empezaba a las 18.45», por lo que «es lógico pensar que cuando entraron en la sala las luces ya estaban apagadas, y ello unido al hecho de que el acusado estaba hablando por teléfono por problemas en el trabajo», indica que no tuvo «conocimiento de que con su actuar estuviera quebrantando la orden».