ELECCIONES-COMUNIDAD VALENCIANA
Las urnas zarandean a un PSPV que acusa el efecto del Pacto del Botánico
La creciente visibilidad de Compromís y de Podemos deja a los socialistas sin hegemonía en la izquierda ideológica
Oltra y Montiel aseguran que no pedirán nada más a Puig en el Consell pero en Blanquerías ya no se fían
La intensa noche electoral del pasado domingo supuso un antes y un después en la vida del tripartito que sustenta al Gobierno valenciano . Fueron elecciones generales pero por mucho que ayer Ximo Puig (PSPV), Mónica Oltra (Compromís) y Antonio Montiel (Podemos) disimularan con aquello de que el Pacto del Botánico está más vivo que nunca, la realidad es que la correlación de fuerzas es cada vez más desfavorable a los socialistas.
Es cierto que las urnas el pasado domingo le dieron al PSOE en la región 21.000 votos más que en mayo y también que la coalición Compromís-Podemos, que en mayo fue por separado, se dejó 68.000 votos por el camino con esta fórmula.
Lo más sustancial, sin embargo, es que pese a ser unas elecciones de ámbito nacional donde los socialistas tienen ventaja por su modelo estatal frente al nacionalista y más limitado de Compromís, los valencianos decidieron colocar al PSOE como tercera fuerza con un apoyo del 19,8% frente al 25% recibido por las otras dos patas políticas que dan abrigo al Consell.
Referencia en el Congreso
Nueve diputados de Compromís-Podemos frente a siete del PSOE y en el Senado un representante de la coalición en la provincia de Valencia y ninguno de los socialistas. La traducción sencilla es que a partir de que se conformen las Cortes Generales Compromís- Podemos va a tener un grupo parlamentario valenciano muy potente , que podrá contrarrestar eficazmente el PP y en menor medida Ciudadanos pero que, desde el mismo lado del espectro ideológico impedirá al PSPV tener visibilidad.
Esta es la principal debilidad de Ximo Puig. Y es que Mónica Oltra es quien tiene entrada en los medios de ámbito nacional y Antonio Montiel quien acapara los focos en cuestiones espinosas como la reapertura de RTVV. Esa deficiencia del PSPV lleva camino de convertirse en estructural y es lo que más preocupa en Blanquerías, ya que la vertiente de defensa de los intereses valencianos lo encarna Compromís y la de componente social, Podemos.
¿Qué le queda al PSPV por capitalizar? Realmente poca cosa, ya que toda la lucha contra la corrupción o los aspectos económicos del presupuesto para 2016 lo acaparan sus socios que están fagocitando su espacio, sus votantes y su ideario.
Puig sabe que bajar del 20% en apoyo ciudadano es un síntoma inequívoco de convertirse en un partido residual si no se revierte la tendencia y por ello le da vueltas a cómo poder encabezar los éxitos, si los hay, en la presente legislatura.
Oltra ayer aseguró que no va a pedir la Presidencia y Montiel insiste en que es fiel al Pacto del Botánico. La realidad, sin embargo, indica que Oltra ya ha apuntado la coveniencia de que Podemos entre en el Consell.
La duda es quién dejaría hueco a un eventual conseller de Podemos, el PSPV o Compromís. En el caso de los socialistas, varios dirigentes confirmaron ayer a este diario que si Puig cede un asiento en el Gobierno valenciano en favor de Podemos «tendrá un problema interno muy grave» . La otra opción sería ampliar una cartera más y sería visto como un aumento artificial de gasto por la ciudadanía, aunque quizá no quede más remedio.
Puig, mientras, recomendó ayer a su «jefe» Pedro Sánchez, que no vote a favor de la investidura de Mariano Rajoy, aunque su opinión no va a tener tanto peso como había sucedido en los dos últimos años . En Ferraz han visto con disgusto como su partido se ha comportado en la Comunidad Valencia algo más de dos puntos peor que la media nacional y eso en la segunda federación en número de militantes resulta inaceptable.
Peor es el caso de Valencia ciudad que supone casi el 20% del electorado y donde el PSOE cae hasta el 15,4% (lo nunca visto en democracia). Con esa perspectiva en el «cap i casal» el PSPV nunca puede ser la referencia de la izquierda, máxime porque es el feudo donde Compromís está más sólido.
A Puig le aconsejan en Blanquerías mover ficha y ver cómo puede empezar a pinchar el globo de sus socios porque en 2019 temen acabar siendo invisibles ante ellos.