El último socialista

Gabriel Echávarri es todavía a esta hora el alcalde de Alicante, el PSPV sabrá por qué. Si oyes al alcalde, él y sólo él es lo que separa al Ayuntamiento de Alicante del abismal y tenebroso Partido Popular , un tópico al que se recurre en demasía desde los diversos gobiernos tripartitos de la Comunidad, un concepto en desuso dos años largos después haber accedido al poder. El míércoles, en una de las comparecencias públicas más tristes y patéticas que se recuerda de un alto cargo público, Echávarri, recuerden doblemente imputado, abandonado a su suerte por sus socios de gobierno, y señalado por altos cargos del Consell, Mónica Oltra nada menos, tuvo la osadía de decir en voz alta la siguiente genialidad: “Garantizo que el PP no va a gobernar la ciudad de Alicante por que no voy a dimitir ¿Por qué se empeñan pedir mi dimisión cuando no está garantizado que el PP no vaya a gobernar? Lo consideramos irresponsable”. Alicantinos, podéis dormir tranquilos, Echávarri no se va. Suena a sacrificio, pero no lo es.

La declaración, por si misma, ya debía haber propiciado la llamada desde Blanquerías para agradecer los servicios prestados y recomendarle que durante el fin de semana vaya dejando el despacho libre de dependencias personales. No cabe mayor ridículo. Echávarri debe pensar que es el único socialista capaz de ser alcalde en Alicante. No se que pensarán los que lo acompañaron en la lista. Cualquiera de ellos propuestos como candidato en sustitución de Echávarri, encontraría el apoyo casi inmediato tanto de Compromís, como de Guanyar Alacant. Pero el alcalde se sacrifica y sigue. Echávarri encajará gustoso todos los golpes. Todo por que no vuelva a gobernar el PP! Muchos como el todavía alcalde pusieron las reglas de este peligroso juego . Cuando los imputados llevaban la marca del Partido Popular, la dimisión debía ser implacable. Ahora apelamos a la responsabilidad, curioso, todo por que ahora resulta que una imputación por prevaricación es algo menor, dicen los socialistas que prevaricar no es corrupción, curioso de nuevo.

Mientras tanto, Alicante, la ciudad, por la que se le paga a sus concejales para gestionar se desmorona bajo el gobierno de Echávarri. Los problemas de limpieza y suciedad se suceden , las compañías de Cruceros anuncian una detrás de otra que dejarán de operar en 2018.