Sucesos

Tres albano-kosovares detenidos en el Aeropuerto de Alicante-Elche por cometer hurtos con tácticas militares

Los arrestados se hacían pasar por viajeros y actuaban mientras los turistas extranjeros alquilaban un coche

Parte del material usado para disfrazarse ABC

D. A.

Agentes de la Policía Nacional han detenido a un grupo formado por tres ciudadanos albano-kosovares acusados de cometer hurtos en el aeropuerto de Alicante-Elche, usando tácticas militares para no ser descubiertos. Los presuntos autores de los hechos utilizaban pelucas y otros complementos para salvaguardar su identidad o, al menos, dificultar su identificación y se hacían pasar por viajeros.

Para ello, elegían a sus víctimas, normalmente turistas extranjeros y, mediante el método del engaño, les sustraían sus pertenencias. Los investigadores llevan esclarecidos, hasta el momento, seis delitos de hurtos cometidos en el interior de las instalaciones del eeropuerto.

Los agentes de la Policía Nacional adscritos al Puesto Fronterizo del Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, tras una laboriosa de investigación, han logrado de esta forma desmantelar una organización criminal albano-kosovar supuestamente integrada por tres hombres especializados en cometer hurtos y otros delitos en el interior de las instalaciones.

La investigación se inició al recibir varias denuncias de ciudadanos extranjeros que comunicaban que les habían sustraído sus pertenencias en los aparcamientos del aeropuerto. Todas estas denuncias guardaban un nexo de unión : se cometían cuando las víctimas gestionaban un arrendamiento de un vehículo o cuando introducían sus efectos en el interior del turismo alquilado.

Mochilas, bolsos y pelucas

Según indagaciones llevadas a cabo por los investigadores, se averiguó que los sospechosos merodeaban por la zona de llegadas de las instalaciones, en busca de víctimas vulnerables para poder apropiarse de sus efectos, simulando ser viajeros, para lo cual se desplazaban por el aeropuerto con mochilas, bolsos, pelucas, gorras y otros complementos con el fin de salvaguardar su identidad o cuanto menos dificultar su identificación posterior.

Además, utilizaban tácticas militares recibidas en su país de origen, para observar los movimientos de sus víctimas, vigilar la posible presencia policial y para coordinar los movimientos entre los miembros del grupo criminal.

El grupo actuaba con un claro reparto de funciones: mientras uno entretenía a las víctimas con labores de 'gancho' , otro se encargaba de materializar la sustracción y el tercer miembro facilitaba la huida de todos, utilizando vehículos de alquiler.

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