Guerra en Ucrania
La paz tras huir de la guerra en Ucrania: «Ver en sus caras que se relajan y descansan no tiene precio»
La Fundación Juntos por la Vida traslada a España a más de un millar de refugiados desde que comenzó la invasión rusa
El gato que se trajo Arseniy, por José Luis Torró
Muertos, por Ferran Garrido
«Viendo las imágenes me pongo en su lugar. Piensas que si un día eso te pasa a ti, sería estupendo que alguien se apidara y te ayudara». Es el testimonio de Mamen, una de las valencianas que han acogido a personas refugiadas -una madre y su hija de diez años- que huyen de la guerra en Ucrania .
Hasta el momento, la Fundación Juntos por la Vida ha organizado y facilitado el traslado a España de 1.100 personas desde el país asediado por las tropas rusas, más de la mitad -550- en nueve autobuses, caravanas y un avión, mientras que 250 han podido salir de Ucrania gracias a los transportes organizados desde la frontera en colaboración con distintas ONG a otras ciudades españolas.
Además, la organización valenciana ha facilitado también información, ayuda y orientación desde la frontera para que otras 300 personas ucranianas pudieran llegar a España. La mayoría de ese millar de refugiados tenía vínculos con familias valencianas , bien por los programas de acogida en verano o por tratarse de compatriotas afincados en la ciudad.
Un equipo de voluntarios trabaja desde hace tres semanas en la frontera con Polonia, en el centro de recepción de Pzremysl, donde ofrece información y ayuda. Mientras, otro grupo de la ONG se encarga cada día de la acogida cuando llegan a la capital del Turia.
Por si las cosas no fueran ya complicadas, en los últimos días un virus estomacal está afectando a muchos refugiados en el puesto fronterizo. De hecho, el sábado llegaba a Feria Valencia el último autobús, fletado por el empresario valenciano Juan Manuel Baixauli, con cincuenta personas, algunas de ellas con molestias.
Una pequeña de dos años era de las mas afectadas con vómitos. Nada mas llegar con su madre, Victoria «Vika», fue atendida por su familia de acogida y trasladada para ser asistida en el hospital Vithas, que colabora con la fundación de forma solidaria.
En otro de los vehículos que han hecho parada en el centro logístico este fin de semana viajaba Eva, una bebé de tan solo diez días de vida que nació tras iniciarse la invasión rusa.
«Cuando vemos bajar a estas personas, que los reciben con aplausos, con el himno y la bandera de Ucrania, vemos sus caras, que se relajan y descansan ; esto no tiene precio», comenta emocionado el vicepresidente de Juntos por la Vida, Jesús Rodríguez, sobre los abrazos y las muestras de afecto con las que se topan quienes huyen del horror absoluto.
Noticias relacionadas