POLÍTICA
La «tradición» republicana que quiere recuperar Ribó solo se celebró una vez
Bonig critica la «patochada» y acusa al alcalde de «empobrecer las tradiciones»
«Esperamos que sea el inicio de una nueva forma de celebrar los comienzos de año ». Lo dijo el domingo desde el balcón del Ayuntamiento el alcalde de Valencia, Joan Ribó, dirigiéndose a las tres mujeres disfrazadas de «magas de enero» (Libertad, Igualdad y Fraternidad) que habían protagonizado la cabalgata laica organizada por la Sociedad Coral El Micalet . El acto, como publicó ayer ABC, estuvo basado en la «fiesta de la infancia» que se organizó en Valencia en enero de 1937, pero no emana de ninguna tradición, como aseguraron los organizadores -deseosos de «recuperar la fiesta del solsticio de invierno alejando el dogmatismo de las religiones»-. Esa fue la primera y la última vez que se celebró en toda la historia .
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La cabalgata organizada por el Gobierno en plena guerra civil -plagada de loas a la Unión Soviética y efigies de Stalin- tuvo además un cariz bien distinto de la que recorrió el domingo el centro de Valencia . La intención, una vez suprimida la Cabalgata de Reyes por decisión de Largo Caballero, era hacer olvidar por unas horas a la población infantil los rigores de la guerra , aunque sin renunciar a la ideologización. Un contexto que nada tiene que ver con el actual, a pesar de los intentos de Ribó de trazar en su discurso un paralelismo entre los niños de la guerra y los que ahora huyen de conflictos en Oriente Medio .
Las críticas al acto desde la oposición política y desde algunos sectores sociales, de hecho, continuaron ayer. La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, calificó de «patochada» la cabalgata y criticó la «utilización de las tradiciones para empobrecerlas y atacar a una parte importante de la sociedad». Bonig recordó que la Constitución «reconoce la libertad religiosa y tan democrático es respetar a quienes creen en una religión como a lo que no creen en ninguna».
El alcalde se desentiende
«Nuestra civilización se basa en la filosofía griega, el derecho romano y el cristianismo», sostuvo Bonig. En este sentido, consideró que «retornar al 1936-1937, que fue uno de los peores momentos de una España enfrentada y dividida, no parece la mejor forma de encarar el futuro», por lo que exigió a Ribó que pida perdón «y evite esas confrontaciones» .
El equipo de gobierno, por su parte, defendió la participación de Ribó en el acto -tras constatar la enorme controversia generada por la cabalgata laica y republicana del «solsticio de invierno»- y recordó que el Ayuntamiento no tuvo nada que ver en la organización, pese a que abriera las puertas para las tres «magas» en domingo y el alcalde pronunciase un discurso oficial desde el balcón .
Según el comunicado del gobierno local, «el tiempo de la censura ya ha pasado» , por lo que el alcalde recibe tanto a católicos -en alusión a los participantes en el encuentro de jóvenes cristianos de Taizé- como a los protagonistas de un acto laico que calificaron de «multitudinario» .