Vicente Ordaz - EL FARO
Tontos de capirote
Por muchas hectáreas que hayamos visto quemar, seguimos siendo poco responsables
Los hay tontos, muy tontos y tontos de capirote, siendo estos últimos los que, por negligencias absurdas, provocan incendios forestales que producen daños ecológicos sólo reparados con el paso de décadas. Daños que obligan a la administración a un gasto tan importante como innecesario y además, lo más importante, ponen en riesgo vidas, desde los encargados de su extinción hasta los vecinos de las localidades afectadas, muchas veces desalojados de sus residencias.
Es cierto que cada vez llueve menos, hace más calor y las condiciones para que se produzca un incendio son más altas, pero detrás de la inmensa mayoría de estos sucesos siempre hay un tonto de capirote, antes que una tormenta o un rayo latente. Un tonto que quema rastrojos a mas de 30 grados o en un día que sopla poniente , un tonto que junto a una zona de bosque trabaja con una radial o con lo que le plazca, tonto de capirote el que dentro de unos días citará a familiares y amigos para cocinar una paella en mitad del monte. En esta sección no podemos olvidar a esos «políticos» a los que, jaleados por los festeros de turno, les importa un carajo si la situación lo recomienda o no y tiran el castillo en las fiestas del pueblo por que el hecho que no hacerlo penaliza en popularidad al alcalde, y lo que es más importante, en votos al equipo de gobierno municipal.
Ante esta situación sólo me quedan dos reflexiones. Una, por muchas campañas de concienciación realizadas por la administración o por muchas hectáreas que hayamos visto quemar, seguimos siendo poco responsables . El «nunca pasa nada» o «esto lo hemos hecho mil veces» gobiernan nuestros actos. Seguro que fueron pronunciadas por el responsable del uso de la radial, o de la quema de rastrojos que en un fin de semana devastaron en los incendios de Andilla y Cortés de Pallas más de 20.000 hectáreas. Sí, los ceros son correctos. Y segunda, las penas por negligencia que provoquen daños forestales deberían endurecerse . Es la única forma de preservar nuestros bosques, de cuidar nuestro entorno y salvar vidas, que al final sigue siendo lo más importante. Porque por responsabilidad innata nos sigue sin salir de forma natural, somos así.
Noticias relacionadas