Vicente Vera - Cambridge circus

This is the end

«Me temo que este nuevo gobierno de España no se precipite en acometer políticas arriesgadas que perjudiquen lo hasta ahora conseguido en cuanto a estabilidad económica se refiere»

A Jim Morrison

Una vez digerido el último fin de semana en que vivimos peligrosamente llega el momento de templar y mandar como esgrimen los principios de la tauromaquia. En mi caso particular, para templar esa vorágine de parlamentarismo ciertamente caótico e inextricable opté por el visionado de un encantador documental estrenado recientemente en España y dedicado al virtuosismo de una bailaora indomable, Antonia Santiago Amador «La Chana» (1946). Decían los expertos que en el momento entraba en escena el mundo se frenaba.Todo un torbellino que embrujaba el flamenco. De modo que ante la vorágine de información sobre las desapariciones de Rajoy durante la sesión de la moción de censura, la vorágine de intervenciones machacando las actuaciones del Partido Popular , y finalmente su gran decepción ante la victoria del socialista Pedro Sánchez , yo me encontraba disfrutando del terremoto de la Chana. Dirigido por la croata Lucija Stojevic, es todo un espectáculo muy recomendable para todos aquellos aficionados al flamenco y al baile apoteósico de esta artista española nacida en Barcelona.

Estoy convencido de que ya se han escrito todas las crónicas periodísticas sobre el fin de semana en el que se produjo un cambio radical en la conformación de la nueva etapa parlamentaria. La cara y la cruz de esta España nuestra o el mito de las dos caras de Jano. Esta singularidad de nuestra democracia nos hace ver el vuelco político que se puede producir en tan solo 48 horas. De alguna manera se ha certificado el pase del Partido Popular a la oposición sin unas elecciones que sentenciaran un hipotético desplome electoral en las urnas. Lo único que tengo claro son las ganas que le tenía todo el hemiciclo al Sr. Rajoy y su comparsa. El efecto Gürtel ha sido implacable y demoledor . Cuánto hubiera disfrutado en estas jornadas parlamentarias el enorme Julio Camba y cuánto daría por haber leído sus crónicas parlamentarias narrando este intrépido y calculado vuelco en la política nacional.

Ahora, transcurridos unos días de reflexión y toma de conciencia política por parte de Pedro Sánchez y sus acólitos, no queda otra que iniciar el proceso complejo de tomar decisiones políticas y económicas que restañen las heridas provocadas por la incendiaria cabalgata de las valkirias. Aún debe respirarse con dificultad en la sede parlamentaria, las labores de extinción de humos están siendo dilatadas en el tiempo y ya quedarán para la exhibición turística al más viejo estilo tras los impactos de la munición del 23F.

Es evidente que no hemos votado programa político alguno. De modo que se hace obligatorio preguntarse por dónde piensa empezar el Partido Socialista. No dispone de una legislatura tradicional pero imagino que algo habrá que desarrollar para animar el cotarro político. Programa no hay, es cierto. Lo que sí hay son intereses políticos de las formaciones que han apoyado la moción y han hecho presidente del Gobierno de España a Pedro Sánchez. No me quiero imaginar a todos y cada uno de los líderes respectivos, desde PNV, Podemos y sus confluencias pasando por los indepes, formando cola en Moncloa como si de un Centro de Salud se tratase.

Desde el lado de la economía poco se podrá hacer. De todos es sabido que los efectos de las diferentes medidas de política económica no suponen un efecto inmediato en la población. Otra cosa es que se decanten por un aumento de los impuestos a corto plazo y también la aplicación de medidas que impliquen un mayor gasto público. Imagino un repunte de una política de corte keynesiano a fin de contentar y satisfacer las demandas de las formaciones más radicales y comprometidas con la solidaridad hacia los más desfavorecidos . Una vuelta de tuerca al aumento de las pensiones y siempre tratando de crear una renovada imagen de izquierda desde el PSOE. Pronto habrá que convocar elecciones. Eso es lo que quiere de verdad el pueblo. Lo que ocurre ahora es ventajoso para este frente social que se acaba de instalar en la Moncloa y que hará lo indecible para ganar dichas elecciones. Este sería el final de esta estrategia tras la moción de censura al Partido Popular y Rajoy. Me temo que este nuevo gobierno de España no se precipite en acometer políticas arriesgadas que perjudiquen lo hasta ahora conseguido en cuanto a estabilidad económica se refiere. Los experimentos en economía al final pasan una pesada factura. Además Europa nos mira muy de cerca y no permitirán incursiones en terrenos poco firmes y pantanosos.

Respecto a la regeneración del PP, habrá que permanecer muy atento para analizar las consecuencias finales de esta situación de desbandada. Necesita un tiempo borgiano para recomponerse y provocar un estado de catarsis colectiva en el seno de esta formación. La gaviota del PP ha de evocar aquello del Ave Fénix. Pero sobre todo encontrar un nuevo equipo de contables más al uso de los tiempos académicos que corren, siendo muy escrupulosos con la gestión de los dineros y la financiación del partido.

Para terminar estas impresiones, recomendarles la lectura de las crónicas parlamentarias de Camba publicadas recientemente y que no tienen desperdicio, sobre todo en este candente momento político. Como decía él mismo, las contiendas políticas incluidas en Diario de un Escéptico durante aquella etapa maurista de gobierno a principios del siglo XX. La historia se repite.

Hay una cosa que quiero comentarles antes de despedirme de ustedes, se trata sendos artículos publicados en El País durante los día 25 y 27 de mayo respectivamente. El primero corresponde al firmado por el economista José Carlos Diez. Al final de dicho artículo expresa lo siguiente: “La economía mundial necesita un nuevo Bretton Woods, pero con Donald Trump en la Casa Blanca no puede ser y además es imposible”. Revisé mi artículo publicado en estas páginas el pasado 5 de abril: Bretton Woods: ¿Utopía o Distopía?

Y el otro apunte tiene que ver con el artículo de Juan Luís Cebrián, El naufragio del Estado. Allí al final concluye diciendo que “Por si quedara un ápice de lucidez y decencia en nuestros líderes, digamos que la situación merece ahora el esfuerzo de que, en vez de pelearse, establezcan entre todos un pacto que salve al Estado del naufragio.”. Ahora les invito a leer mi artículo publicado el 23 de octubre de 2017, El Pacto de las Meninas.

No es por vanidad periodística, pero sí confirmar que desde Cambridge Circus también decimos cosas que nos preocupan, tanto nacional como internacionalmente. En mi caso para evitar elementos tóxicos que se vayan originando acudiré al documental de La Chana, reina del flamenco que tenía el compas en su mente. Y continuaré escuchando a los Doors y su inquietante This is the end.

This is the end

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