Tensión autonómica

Cuando la vicepresidenta Oltra no se siente protagonista se le nota, es de esas personas temperamentales que cuando las cosas no le van como ella desea se le nota, y mucho. Su exposición semanal ante los medios en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell evidenció la tensión existente que hay entre las diferentes Consellerias.

Vicent Soler, el guardián del presupuesto autonómico, es una de esas cabezas pensantes que cuando hay que decir que no lo dice y lo sabe argumentar y se negó a aprobar el decreto propuesto por Oltra de mejora del salario de los trabajadores del IVASS , añadiendo además un informe en contra de la propia Abogacía de la Generalitat.

Si la relación de Oltra con Soler y los altos cargos de la Conselleria de Hacienda no es de lo más placentera, peor si cabe es la misma con la consellera de Sanidad, también socialista. Las relaciones se van distanciando después de cerca de tres años de legislatura y sin haberse producido ningún relevo significativo. Queda un año de legislatura donde lo político e ideológico va a prevalecer sobre la gestión pura y dura y la diferenciación entre las opciones se va a evidenciar todavía más.

Un ejemplo de ello se está produciendo estos días con Compromís, a través del Bloc Nacionalista Valencià , con el tema de la detención de Puigdemont y parte de sus consellers, donde los socios de gobierno de Puig están pidiendo incluso movilizaciones contra “los presos políticos” y “contra la represión en Catalunya” . En el ADN del Bloc siempre va a correr por sus venas las movilizaciones en este sentido, sin sopesar el daño que le puede cuestionar a su marca en una cita electoral , ni el PSPV e incluso la pata que sostiene Iniciativa dentro de Compromís nunca van a jugarla, sabiendo que la situación política en catalunya siempre hay que tratarla con bisturí en nuestra Comunitat.

El Bloc, como muchas veces “el viejo PP”, tienen el tic de la arrogancia corporativa , en el que basan la convicción de que los éxitos pasados son fácilmente repetibles. Hoy vivímos en un mundo más que complejo, donde ya no hay tiempo para la autocomplacencia y gana siempre el que se muestra más flexible y sabe adaptarse a los cambios, y de eso muchos de nuestros representantes políticos todavía tienen mucho que aprender. Estamos en los tiempos donde hay que anticiparse a los cambios, las cosas que se estancan, al final como el agua, huele.