«DESCOORDINACIÓN» EN LA EXTINCIÓN DEL FUEGO

Un sindicato de policías y bomberos denuncia las malas condiciones de trabajo en los incendios

Los efectivos comen bocadillos con pan de varios días, cobran sueldos de mileuristas y se pagan los peajes de su bolsillo, según el SPPLB

Bomberos en la extinción del incendio entre Jávea y Benitatxell EFE

ABC

El Sindicato Profesional de Policía Local y Bomberos ( SPPLB ) de la Comunitat Valenciana ha denunciado que la "descoordinación" y el "corporativismo" de los Consorcios Provinciales genera "más hectáreas quemadas y peor aprovechamiento de los recursos". Como ejemplo, han expuesto la situación vivida por las unidades desplazadas en los dos incendios que han afectado a las comarcas de la Marina Baixa y Alta.

En una carta abierta, el SPPLB ha puesto de manifiesto que los bomberos forestales son "autonómicos" pero la Generalitat Valenciana los "subcontrata a través de Tragsa , una empresa estatal" con una "megaestructura de puertas giratorias con más de 200 directivos de fortuna que cobran más que el presidente del gobierno".

Un modelo de externalización que contribuye, a su juicio, "generosamente a la explotación de los profesionales". Así, han apuntado que la Generalitat debería aprovechar que son "un cuerpo autonómico y eso debería ser una virtud a la hora de mover medios entre provincias", aunque "en vez de aprovechar esa fortaleza decide encomendarnos a un cuerpo provincial", lo que se traduce en "descoordinación y corporativismo" y provoca como consecuencia "más hectáreas quemadas y peor aprovechamiento de los recursos".

"Llega a tal punto esa desidia, que mientras encomienda a los bomberos nuestra gestión en emergencias, articula mediante una empresa pantalla (llamese por ejemplo Tragsa) una fórmula de pago de nóminas indirecta", ha señalado el sindicato que asegura que de esa manera "la Generalitat cumple expediente y deja a sus trabajadores a merced de la voracidad empresarial de Tragsa y del corporativismo de los consorcios provinciales".

«Como a perros»

Además, han denunciado que "en Tragsa es en el único lugar donde han llegado a darnos bocadillos de dos días después de estar peleando horas y horas contra el fuego" y han añadido que "a nadie le gusta que le traten como a un perro que se alimenta de las sobras de su amo. Esa dejadez en algo tan básico como es la comida, con pan de varios días relleno de lo que sea entregados a cualquier hora, refleja muy bien lo que suponemos para Tragsa y su aristocracia", han criticado, aunque "los bocadillos son solo la punta del iceberg, algo simbólico".

A ese respecto, han puesto de manifiesto que las unidades tuvieron que abonar de su bolsillo "los peajes de la autopista que llevaba al incendio", porque al carecer de "prioritarios", el uso de cualquier otra carretera les "hubiera retrasado considerablemente".

Finalmente, han revelado que su sueldo -1.000 euros mensuales-, incluyen 15 guardias al mes localizadas "a menos de 0,50 céntimos la hora", y otras 15 guardias presenciales, con casi una década congelado; que se jubilan a los 67 años, que existen enfermedades profesionales "no reconocidas", que mantienen contratos de "peones agrícolas" o que hay "sobrecostes", "enchufismo" e "imposibilidad de promoción interna".

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