Siempre hay ocho casos peores

Si yo le digo que hay ocho aeropuertos de capitales de provincia españolas con menos tráfico que el de Castellón usted probablemente no se lo crea salvo que haya leído la pieza que este martes despachó mi jefe Alberto Caparrós en la web valenciana de ABC.

Pues así es. El horripilante despilfarro sonrojante del aeropuerto de Castellón ya tiene más tráfico que aeropuertos como el de Vitoria , que lleva mil años operando en la capital del País Vasco y que a nadie se le ocurre cuestionar.

Y es que aquí tenemos mucha costumbre de meternos con lo nuestro, y eso sirve para que los demás vean presa fácil en eso, en lo nuestro, y así evitan hablar de lo suyo.

Es estupendo. Y esto a mi ya me tiene un poco harto. El aeropuerto de Castellón ha sido, como otras muchas cosas en la Comunitat , una fuente inagotable de titulares de prensa para una panda de políticos más preocupados por eso, por los titulares, que por el prestigio de nuestro territorio.

Y así nos ha ido. Nos hemos convertido en el culo de todas las patadas . Algunas merecidas y otras no tanto. Y, sobre todo, nos hemos convertido en el ejemplo pésimo de lo que a la hora de la verdad no somos.

Yo, para alegrarle el día, le voy a invitar a que cada vez que oiga que algo en la Comunitat es un desastre, lo peor, haga el ejercicio de acordarse del aeropuerto de Castellón y pensar: seguro que también hay ocho casos peores . Y trasládelo a lo que quiera que le digan. Qué han fichado a un alto cargo de un partido para un puestazo público, seguro que hay ocho casos peores. Que han pagado con la visa de una empresa pública unas copas, seguro que también hay ocho casos peores. En definitiva, cuando alguien le diga algo malo de la Comunitat, sepa que más allá de nuestras fronteras autonómicas siempre hay ocho casos peores.