Vicente Ordaz - EL FARO
La Senyera de Ressy
El Valencia de hoy es una broma de mal gusto, un monumento a la confusión
Trabajé durante 15 años siguiendo la información del Valencia CF, tiempo que me dio para conocer algunos presidentes, muchos entrenadores y bastantes vestuarios. Tuve la oportunidad de vivir de cerca la «época dorada», ligas, dobletes y finales de Champions , fui un espectador afortunado por poder ver de cerca cómo se gestó aquel gran Valencia. Llegó en parte por generación espontánea, nadie lo esperaba y el que diga lo contrario miente, pero forjó su éxito sobre unas bases que hoy el Valencia no conoce, y que lo deja en la redacción de este artículo más cerca del descenso que otra cosa.
Todo empieza por el modelo de club, y eso lo marcan sus dirigentes . El Valencia de Roig era al mismo tiempo genial y caótico, y como resultado no llegó a ningún lado. El Valencia de Llorente, porque en época Cortés y Ortí el que mandaba era Llorente , fue un club ordenado, coherente, que amarró el vestuario en sus pesos pesados con hombres de la casa, esos que son necesarios cuando las cosas se ponen mal de verdad. Era una organización en la que el que mandaba estaba todo el día en el despacho, visitaba Paterna y se reunía con los «jefes» del vestuario según el momento. Resultado: dos ligas, una UEFA, una Copa, dos finales de Champions (maldito San Siro) y la mejor época conocida. Si como pienso, el modelo de club lo marcan sus dirigentes, del Valencia de Juan Soler no hay más que decir viendo el currículum del personaje.
El Valencia de hoy es una broma de mal gusto, un monumento a la confusión, donde no hay estructrura, carece de una cadena de mando coherente, un homenaje a la sinrazón. El dueño del club conoce el Valencia por videoconferencia . ¿Cómo es el Valencia de Lim? ¿Qué modelo sigue? ¿Quién le pone el carácter? Lay Hoon Chan, una presidenta que no habla castellano, es la cara más visible. ¿Trasmite algo a la institución, al vestuario? ¿Cual es su día a día? Sin obtener respuestas a estas cuestiones da igual quién sea el entrenador, el esquema con el que se juegue o si te viste Nike, Joma o Adidas; el Valencia seguirá condenado a la mediocridad . El futbol es arraigo, es el día a día. No estaría de más que el vestuario perciba presencia de la propiedad más cerca. Las decisiones del club se toman en Paterna, en Mestalla, no en Singapur. Y por cierto, a Lim y al vestuario, ¿sabéis lo que es la senyera de Ressy? Porque no estaría de más que supierais lo que es...