Fiestas
Los rituales de la Noche de San Juan en el año de la nueva normalidad
La tradición ancestral del 23 de junio se verá este año condicionada por las medidas de contención del Covid-19
Última hora del coronavirus y la nueva normalidad en la Comunidad Valenciana
El fuego y el agua son los protagonistas absolutos de los mitos y leyendas que han hecho de la Noche de San Juan una velada mágica en distintas culturas a lo largo del mundo y que en España tiene sus máximos exponentes en las zonas de costa.
Celebraciones muy populares y multitudinarias que también se verán marcadas este año por la pandemia del Covid-19. Tanto es así, que en la Comunidad Valenciana -además de la suspensión de las Hogueras de Alicante , la fiesta de mayor magnitud cultural, con protagonismo absoluto de los monumentos, la pirotecnia y la indumentaria durante varios días- algunas localidades importantes como Valencia y Benidorm han decidido no permitir la entrada a las playas , como es habitual, la noche del 23 al 24 de junio por prudencia.
Aunque se hace continuamente referencia a lo extraordinario de esta velada por ser la más corta del año , en realidad no coincide con el solsticio de verano, que ocurre unos días antes, el 21 de junio. La creencia popular adaptó en su día esta celebración de origen pagano al calendario cristiano para ajustarla al nacimiento de San Juan Bautista, justo seis meses antes del alumbramiento de Jesús.
Dejando de lado las distintas teorías sobre su origen, los rituales van variando en cada parte de nuestro país. La mayoría pasan por encender una hoguera -en Albacete, por ejemplo, de trastos viejos- a la orilla del mar y saltarla siete veces, según los valencianos, o nueve, según los gallegos, para atraer a la buena suerte.
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Si durante el salto se lanza una trenza hecha con flores o cintas de colores a la persona amada y esta la recoge antes de que caiga, habrá felicidad entre ambos y buena fortuna.
También -sobre todo en Cataluña y las Baleares- hay quien escribe un deseo en un papel y lo lanza al fuego con la esperanza de que se cumpla en los meses siguientes. En Andalucía los incluyen dentro de muñecos de trapo que también son devorados por las llamas.
En otros puntos de la geografía española, cuando el reloj marca la medianoche, familiares y amigos se meten de espaldas en el agua -en Mallorca, con una vela encendida-. Una vez a remojo, cuantas más olas se salten más beneficios obtendremos: desde desprendernos de la energía negativa hasta aumentar la fertilidad.
De hecho, en Andalucía la tradición marca que un lavado de cara a las doce en punto garantiza la salud y la belleza, aunque en Galicia debe hacerse con el agua que previamente se ha dejado impregnar de hierbas aromáticas. Eso sí, nadie puede mirarse después al espejo, sino el hechizo se rompe.
Cada municipio tiene también sus propias leyendas locales. Por ejemplo, en Teulada (Alicante) se dice que quien esté en la fuente de la Jana durante la Noche de San Juan recibirá la visita del hada Jonaina, que concederá un deseo al presente si es capaz de trasladarla a sus espaldas hasta el pueblo sin girar la cabeza para mirarla.
Ninguno de todos estos ritos tiene su eficacia garantizada . Pero, al menos, y siempre que se llevan a cabo con responsabilidad, nos permiten pasar un buen rato y volver a creer en la magia.
«Y que San Juan no nos queme en su hoguera, cuando descubra quien la saltó»
Vetusta Morla
23 de junio