Política

La resaca del 26M: El PSPV saca pecho y Compromís insiste en que no tenga mayoría en el Consell

Podemos-EU queda en una posición debilitada en las negociaciones del Gobierno autonómico, que comenzarán el miércoles de forma acelerada

El PP queda tocado pero coge aire, mientras descarta cambios internos por el momento y se abre la incógnita de los liderazgos; Ciudadanos se estanca aunque será llave en Alicante

Ximo Puig, junto a José Muñoz y Manolo Mata, en la Ejecutiva nacional del partido de este lunes EFE

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Los resultados de las elecciones municipales de este domingo dejan multitud de lecturas en la Comunidad Valenciana y partido a partido. Ante el escenario de la conformación de nuevos pactos en un nuevo reparto del poder territorial, todos analizan sus fortalezas y debilidades un día después de la frenética jornada del 26-M, que se afrontaba como una segunda vuelta después de las autonómicas y generales del 28 de abril.

PSPV

Se trata, sin duda, del claro vencedor de la cita. Pese a que en este lugar tenían competidores adicionales como Compromís -a diferencia de en otros puntos de España-, los socialistas han pasado a ser los más votados en generales, autonómicas, municipales y europeas , recuperando su poder perdido tras varias décadas a costa del PP y siguiendo la estela de la revalorización de la marca nacional. En total, han conseguido 153 mayorías absolutas (veinte más que en 2015), entre las que figuran grandes municipios como Paterna, Mislata, Burjassot y Quart de Poblet; y 70 relativas (18 más), como en Gandia, Sagunto, Torrent y Elche. Además, podrán gobernar de nuevo en Castellón y pueden arrebatar al PP la diputación de esta provincia después de 24 años en manos de los populares.

Este triunfo global se ve empañado por el Ayuntamiento de Valencia , donde quedan muy lejos de Compromís como tercera fuerza por detrás del PP y sin posibilidad de alcanzar la alcaldía. El arrastre de Sandra Gómez no ha sido tan amplio como esperaban.

En el balance de la recuperación del poder territorial, la lectura interna que se hace es que, además de la buena salud del PSOE, se han avalado ciertas políticas «poco estridentes», como la de Intu Mediterrani desde Paterna, uno de los municipios con mayoría absoluta. Por contra, admiten que la (en ocasiones) dura posición mantenida en la ciudad de Valencia respeto a la forma de llevar a cabo algunas políticas de movilidad de Compromís puede haberles perjudicado.

Los socialistas, pese a esta sensación agridulce en la capital, se muestran satisfechos del acierto a la hora de realizar el adelanto electoral ante el riesgo que podía suponer una desmovilización -que finalmente no les ha perjudicado en exceso ante al desplome de la participación- y al comprobar la debacle de Podemos en numerosas localidades incluyendo Valencia. Precisamente el temor a que los morados no llegaran a la barrera del 5% como ha ocurrido en la ciudad fue uno de los argumentos esgrimidos para tomar esta decisión.

Los apoyos les permiten mantener la diputación, para cuya presidencia Ximo Puig señaló desde el primer día a Toni Gaspar. Sin embargo, el partido, dirigido en la provincia por Mercedes Caballero -persona de plena confianza del ministro José Luis Ábalos-, querrá hacer valer su fuerza.

Con todas las citas electorales ya celebradas, los socialistas comenzarán a partir del miércoles las negociaciones para conformar el nuevo Gobierno autonómico , donde querrán que se refleje la victoria con una mayoría de consellerias y tienen intención de mantener el mestizaje sólo con Compromís sin Podemos-EU .

Puede que las conversaciones se aceleren más de lo previsto, todo en función de cómo avancen. Los tiempos que manejan es que Puig pudiera ser investido presidente el 12 de junio y un día después se firmara el pacto programático. El domingo 16 sería su toma de posesión y el 17 la del resto de consellers. No todos comparten estos optimistas plazos.

EJoan Ribó, durante la reunión de la ejecutiva de Compromís EFE

Compromís

La coalición no mejora los resultados de los comicios de hace un mes y baja un punto en cómputo global de votos. Aun así, permanece como tercera fuerza en la Comunidad Valenciana, con 35 municipios donde ha obtenido mayoría absoluta y relativa en 23. Entre sus derrotas, que posiblemente pierdan Sagunto; y entre sus logros, que consiguen amarrar Sueca y ganan Alzira.

La falta de implantación territorial les perjudica especialmente en el sur de Alicante y en Castellón, pero retienen la joya de la corona: Valencia. Joan Ribó seguirá como alcalde gracias a sus diez concejales, uno más que en 2015.

La celebración de la noche del domingo no era para menos. La ciudad se ha convertido en un oasis en toda España , siendo la única que resiste junto a Cádiz de los llamados «ayuntamientos del cambio». A Compromís no le gusta esta denominación. En su opinión, la coalición ya estaba antes de que nacieran nuevas marcas como Podemos, y su filosofía es distinta.

Hay quien no oculta la sorpresa. Incluso se escucha decir que lo de Valencia es «una anomalía democrática». La coalición se disparó hace cuatro años, pero muchos consideraban que se trataría de un paréntesis entre gobiernos del PP y que, aun si conseguían mantenerse, no crecerían. Ni sus propios vaticinios se han cumplido.

El voto dual -Ribó cosechó muchos más apoyos que Jordi Sebastià, al igual que Mónica Oltra recibió más que Joan Baldoví- y la fidelidad del electorado les beneficia.

Las reflexiones a nivel interno son variopintas. Desde el sector de Iniciativa se valora que ha ganado el discurso transversal, social y ecologista frente al identitario. Es decir, frente al nacionalista del Bloc . Por ello creen que esa pata no sale reforzada de cara a las negociaciones del Consell y sugieren un replanteamiento del mensaje. El Bloc, por contra, recuerda el mal resultado de la familia Mollà -ideólogos de Iniciativa- en Elche, donde sube los socialistas.

En lo que ambas patas sí están de acuerdo es en que los socialistas no han de tener mayoría en el nuevo Ejecutivo , una idea en la que insisten pese a los resultados. Todavía más con el de Valencia encima de la mesa. Algo en lo que no está de acuerdo el PSPV, donde advierten de que si presionan con el Consell ellos pueden hacerlo con el Consistorio.

El liderazgo de Oltra no parece demasiado afectado y todavía queda por ver qué papel quiere desempeñar en el Gobierno, una decisión que tenía previsto tomar tras el 26-M y que no ha hecho pública por el momento.

María José Catalá se dispone a valorar los resultados electorales EFE

PPCV

Los populares salen muy tocados de los dos últimos comicios. En las autonómicas obtuvieron su peor resultado en 30 años y en las municipales, aunque se percibe una tímida mejoría con la que se frena en cierto modo la sangría, han perdido apoyos en numerosas localidades. Cuentan con mayoría absoluta en 149 poblaciones y relativa en 43.

La ciudad de Valencia era el gran objetivo y no se ha podido alcanzar por sólo un concejal . Aunque respecto a 2015, cuando perdieron la alcaldía, se produce un descenso, han experimentado una ligera recuperación en comparación con hace un mes. María José Catalá no ha obtenido el premio gordo pero no se trata ni mucho menos de un fracaso. Ya tiene la mirada puesta en 2023.

Los populares abren ahora un período de profunda reflexión. La mala interlocución con la dirección nacional es palpable y hay voces que cuestionan la estrategia seguida. A ello se añade que todavía quedan pendientes los congresos provincial y local al estar el partido dirigido por gestoras. María José Catalá tiene intención de iniciar el de Valencia antes de final de año, al cual se presentará como avanzó ABC . Pero por estatutos, a no ser que Génova decidiera lo contrario, ha de celebrarse el de la provincia. La posibilidad de abrir los procesos internos de forma inmediata, sin embargo, no es vista con buenos ojos por todos y no se sabe si contaría con el aval de la cúpula regional.

La cuestión de los liderazgos también se encuentra en el aire. Las elecciones han dejado en un lugar muy destacado a Juan Ramón Adsuara como único alcalde de mayoría absoluta de municipio grande (Alfafar), lo que le hace escalar posiciones para la portavocía popular de la diputación y para la presidencia en la provincia. Aun así, Vicente Betoret no parece que haya dejado de lado sus aspiraciones orgánicas.

Otra de las alegrías ha sido Alicante, donde el PP de Luis Barcala podría mantener el Gobierno de la ciudad con el apoyo de Ciudadanos. La diputación se encuentra en el aire y en Castellón la pierden. Benidorm, Torrevieja, Orihuela, Peñíscola o Segorbe han sido otros de los trofeos.

Estos nuevos referentes fuertes del partido no son personas del todo cercanas a la líder regional del partido, Isabel Bonig, de modo que la reconstrucción interna es una total incógnita.

Ciudadanos

La formación naranja gobernará en cuatro localidades de la Comunidad y en cinco ha logrado mayoría relativa. Su papel será clave en dos instituciones: el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación de esta misma provincia. Pese a que durante la campaña habían rechazado cualquier pacto con el PSOE, parece que las cosas han cambiado y la dirección nacional ha decidido que se constituyan comités para decidir pactos. De este modo, no se descarta que pudieran dar su apoyo al PP en el Consistorio y a los socialistas en la corporación .

En el conjunto del territorio, se comprueba un estancamiento de la marca. El paradigma en la ciudad de Valencia, donde no experimentan un crecimiento en número de concejales pese a que sí aumentaron en diputados en las autonómicas. Fernando Giner no ha logrado el sorpasso al PP y tampoco será llave de Gobierno. Ni siquiera podrá disputarles el liderazgo de la oposición como Toni Cantó proclamó en las Cortes.

Podemos

Son los grandes perdedores de la noche electoral. Descienden notablemente en representación municipal pese a ir en confluencia con Esquerra Unida en numerosas localidades y pese a presentarse por primera vez con su propia marca. La debacle se traduce en que quedan fuera de ayuntamientos, incluyendo el de Valencia , al no superar la barrera del 5%.

Los líderes morados no han ocultado la lectura de que se trata del final de un ciclo que se inició con el 15-M, momento en el que acapararon un escenario de descontento en España ante el bipartidismo que se canalizó a través de este partido. Ahora, el futuro es incierto y reconocen que han de hacer autocrítica.

Su posición en la Comunidad Valenciana queda debilitada. Cayeron en representación en las Cortes pero el escenario ha empeorado este domingo. Ante las negociaciones del futuro Consell, tanto PSPV como Compromís consideran que han de ser realistas sobre su situación, aunque a la vez tendrán que contentar a unos frágiles socios de los que dependen para gobernar . Su reclamación es de dos consellerias, pero habrá que comprobar si se cumple esta exigencia o si se trata de dos departamentos de peso real.

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