Alberto Caparrós - CRÓNICAS SABÁTICAS
El referéndum ilegal y los valencianos
«El histórico electoral y las encuestas revelan que las tesis separatistas no gozan de respaldo en la Comunidad Valenciana»
Carles Puigdemont ha consumado su desafío al poner fecha para el referéndum ilegal para el 1 de octubre y pregunta: «¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de República?» . Más allá de que el Gobierno ha reaccionado de inmediato y ha advertido de que la consulta ilegal no se llevará a cabo, el pulso al Estado del presidente de la Generalitat de Cataluña coincide con una etapa en la que el Gobierno valenciano ha estrechado lazos institucionales con el catalán y el balear, plasmados en la Declaración de Palma , una suerte de «frente común» ante el Ejecutivo central en materia lingüística y cultural, que se amplía a ambitos como el de las televisiones públicas, la promoción turística o la revindicación de financiación e infraestructuras.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig , tiene en un dirigente que aspira a que su autonomía se separe de España a su principal socio territorial. A pesar de los múltiples intereses comerciales y económicos que comparten Cataluña y la Comunidad Valenciana y de la relación de cortesía que debe imperar en las relaciones entre ambas Administraciones autonómicas, el momento político resulta del todo inoportuno para fraguar una alianza con los actuales dirigentes catalanes, cuyo principal objetivo pasa por la independencia.
El histórico electoral y las encuestas revelan que las tesis separatistas no gozan de respaldo en la Comunidad Valenciana. Pese a ello, Puig ha soslayado las ansias separatistas de Puigdemont - plasmadas este viernes en el anuncio de un referéndum ilegal -.
En esa estrategia de alianzas con Cataluña y Baleares juega un papel determinante Compromís, una formación cuyos dirigentes defendieron en el pasado reciente con vehemencia las tesis separatistas y dieron cobertura a la entelequia de los «países catalanes». Unas posiciones que a día de hoy incomodan a líderes como Mónica Oltra , conscientes de el perjuicio electoral que entraña defender unas posiciones que en la Comunidad Valenciana no han pasado de ser residuales. Al menos hasta ahora.
De hecho, el pasado año se creó la llamada «confederación de entidades sobernanistas de los países catalanes» , que integra a la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la Asamblea Soberanista de Mallorca y la Plataforma por el Derecho a Decidir del País Valenciano .
La «hoja de ruta» del independentismo catalán tiene como objetivo extender el «proceso» a la Comunidad Valenciana. Así se ha plasmado negro sobre blanco en documentos de la ANC y consta en las intervenciones de los líderes de ERC recogidas en los diarios de sesiones del Congreso y del Parlament.
Una vez consumado el desafío de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras ya no caben las medias tintas. El Gobierno valenciano no puede ir de la mano de quienes convocan consultas ilegales para separse de España.