Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT

La receta siempre está en las bases

«Isabel Bonig puede sacar muchas conclusiones del día.»

Isabel Bonig y María José Catalá conversan en las Cortes Valencianas en presencia de Eva Ortiz EFE

La jornada del 5 de julio de 2018 se puede calificar como histórica dentro del Partido Popular . Independientemente del número de afiliados reales que tenga la formación azul, por primera vez el militante, el de base, el de convicción, tenía la palabra de decidir cuál era el candidato más apoyado para presidir el partido a nivel nacional. Era una cita con la democracia más real. La segunda vuelta de la elección popular ya la deciden más de 3.000 compromisarios, de los cuales 500 son miembros natos por los cargos que desempeñan.

Esta voz de la militancia de base demuestra que muchas veces “el aparato” va en un sentido y las bases van en otro. Pedro Sánchez ya venció a la candidata “oficialista” en las primarias del PSOE, Susana Díaz , que estaba ungida por todo el felipismo y el boato del partido de la rosa. Zapatero ganó a Bono en su día y Borell a Rubalcaba .

Aquí en la Comunidad Valenciana , aunque desde el minuto uno de conocer el resultado todos han hecho gala de unidad orgánica, el aparato de manera principal ha optado por una de las candidatas y parece que las cuentas no les han salido del todo bien. A nivel provincial, Castellón ha sido la provincia donde menos se ha trabajado desde la fontanería para teledirigir el voto.

Conclusiones, muchas. Sobre los triunfadores se puede decir que Pepe Ciscar ha dado otra muestra más de influencia sobre la provincia de Alicante, acompañado por Eva Ortiz .

Luis Santamaría en Valencia ciudad ha demostrado contar con un apoyo mayoritario entre la militancia y ha obtenido una ventaja de hasta diez puntos de diferencia respecto a la candidata “oficialista”. Por otra parte, entre los no ganadores, porque en política parece que nunca hay perdedores, todo el sector que se alineó con Cospedal , con Vicente Betoret en la provincia de Valencia, han evidenciado el respaldo con el que cuentan, y hace poco probable en un futuro reavivar una batalla interna. Isabel Bonig puede sacar muchas conclusiones del día.

Isabel Bonig y María José Catalá conversan en las Cortes Valencianas en presencia de Eva Ortiz EFE

Un militante de los “clásicos” del PPCV en una de sus redes sociales resumía el proceso de primarias de forma singular en poco menos de 140 caracteres: “Una candidata en siete años pudo mejorar nuestra financiación, y poco hizo. Y otra apartó durante años los focos mediáticos de Madrid, en lo que a Gürtel se refiere, y permitió ponerlos sobre la CV”.

Tiene más importancia, incluso que los resultados numéricos en sí, que la dirección actual tome nota de lo que piensa y decide la militancia, en definitiva la base, que es la que sustenta toda organización. El aparato, muchas veces, por no decir en su totalidad, viene impuesto por el “dedazo”. En la mayoría de ellos el contacto con la militancia ha sido nulo y su lealtad la tienen con su “colocador”. Empatía ninguna, lecciones y moralina que transmitir, tampoco. Ayer empezó una nueva etapa.

La receta siempre está en las bases

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