Ramón Sánchez Martos - DESDE EL SUR
Purgando las penas
«Su inquina hacia todo lo que huela a religión les lleva a ser estrictos en sus planteamientos y decisiones, sin miramientos»
Llevan más de ocho meses gobernando los nuevos inquilinos de las administraciones públicas autonómicas y locales, y podemos desvelar sin lugar a equivocarnos una triste conclusión: no les gusta la religión católica , es más, intentan humillarla públicamente cada vez que tienen la mínima oportunidad.
Ocho meses en el poder y los problemas de los ciudadanos continúan siendo los mismos que antes de la llegada de las cacareadas nuevas formas de gobernar. Largas colas en los comedores sociales de Cáritas, desahucios bancarios, más suciedad en las calles, plazas y parques de las ciudades, paralización de la gestión municipal provocada, según ellos, por los diabólicos funcionarios de alto rango convertidos en piquetes, etc.
Prometieron hasta la saciedad un cambio de progreso , un aumento de la calidad de vida y del estado del bienestar dilapidado por la derecha corrupta y canalla, y un sinfín de ofrendas que hasta la fecha ni están ni se les esperan. Ocho meses denunciando y fiscalizando a «los otros», mentando por capítulos diarios las maldades y fechorías de sus antecesores, a pesar de haber logrado el poder que tanto ansiaban pero que en nada ha mejorado la vida de los vecinos a los que dicen representar.
Eso sí, su inquina hacia todo lo que huela a religión les lleva a ser estrictos en sus planteamientos y decisiones, sin miramientos, sin un mínimo de respeto a los miles de españoles que sí comulgan con ella. Han abierto las ventanas y las puertas de par en par para que entren nuevos aires a las administraciones públicas.
Pretendían hacernos creer que echando al PP del poder estaba ya todo solucionado . Queda demostrado que no es así. Sin embargo, los populares se encuentran todavía en estado de shock al no haber digerido una derrota que nunca pensaron tan humillante. Y así está el Partido Popular, a verlas venir desde una oposición en la que no encuentran el sitio, purgando sus penas por los visibles y reiterados errores del pasado a la espera de tiempos mejores.
La regeneración política de los populares debe comenzar ya, sin prisa pero sin pausa, porque en caso contrario podrían ser fagocitados por el otro partido de centro-derecha virgen hasta la fecha de corrupción.