Cristina Seguí - EL CSEGUÍ
El PSOE se pone la cofia
«La principal empresa del PSOE se ha limitado a conservar sillones a costa de prestar servicio al populismo»
![Enric Morera, Ximo Puig y Mónica Oltra](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2015/12/14/puig-morera-oltra--620x349.jpg)
A tenor de los pactos post electorales tras las elecciones autonómicas del 24 de mayo , es evidente que, la principal empresa del PSOE se ha limitado a conservar sillones a costa de ponerse la cofia para prestar servicio al populismo . Aquella cofia que vestían las sirvientas con abnegada pleitesía para goce del señor que las tenía a su servicio a cambio de un cuarto y una buena paga.
Cofia que arrastran Pedro Sánchez y sus barones tras haber intentado complacer a Podemos y nacionalistas con ayuntamientos neurálgicos en el cálculo político como Madrid y Valencia. Decisiones que han liquidado las posibilidades electorales de los socialistas para hacerles protagonizar su particular tragicomedia política en la que uno acaba aguantando la tierna sorna del espectador y sus carcajadas de fondo.
Carcajada es lo que ha provocado la toma de alternativa de ZP como observador internacional con motivo de las elecciones parlamentarias venezolanas tras ser investido por el lobby chavista, el cual le vistió con las mallas de Majorette y le plantó la cofia de sirvienta para mejor servicio de la autocracia de Maduro. Todo ello en un país donde la pasta de dientes o una caja de tampones vale más que la vida y la libertad de los disidentes o los niños y mujeres que sujetan una pancarta.
Un observador internacional cuyo requisito ineludible marcado por el Ministerio de Exteriores, le exigía formación en el campo de derechos humanos, formación y supuesta vocación socialista que sin embargo no le animaron a recorrer los kilómetros existentes desde el country club donde retozaba hasta la cárcel de Leopoldo López y Ledezma. Mientras, los militares hacían su trabajo: garantizar que la jornada electoral no sufriera el revés liberticida del régimen bolivariano .
Colosal torpeza víctima de la ideología zapaterista y sumisa del régimen. Un régimen que va a la zaga de un Pablo Iglesias que, además de ser rescatado en los sondeos por el propio Pedro Sánchez , ha escondido a Maduro en el pisito oscuro y barato al que se lleva al morbo doctrinal y a las amantes non gratas hasta que acabe la campaña. Y hasta que aquello de «El modelo de América Latina debe invadir Europa», pueda ser presentado en sociedad parlamentaria y ante un electorado atónito y defraudado.
Y precisamente fue en sociedad, aunque televisiva, donde la semana pasada el ninguneo de Iglesias a Sánchez desfiló radiante al recordarle este que, en su PSOE manda otro –u otra–, y que, seguramente el mandamás –o «mandamasa»– viajará en el primer AVE Sevilla-Madrid para rebajar al candidato socialista a la mención honorífica de bedel de Ferraz tras el previsible y flácido resultado electoral del 20D, en el que el PSOE podría caer hasta la tercera fuerza política nacional.
Y hasta la cuarta fuerza, ese lugar donde las siglas transmutan en sinergia marginal , baja el actual Partido socialista valenciano, en el que su mayor lastre es su actual líder y timorato presidente autonómico, Chimo Puig, quien debería emular la dignidad bajo la que se camuflan sus arengas feministas compra votos, para recuperar algo de orgullo político. Orgullo con cofia de asistenta al servicio del nacionalismo de Compromís y los contramaestres podemitas tras el risible apoyo electoral del 20% el pasado mes de Mayo y que ahora, y de cara a las generales, podría antojarse hasta demasiado ambicioso . Orgullo vacío de la gallardía necesaria para un líder político que nunca aguantaría que su socio de gobierno y presidente de las cortes valencianas, Enrique Morera, le llamara «capullo» , aunque entiendo que es lo que un icono del nacionalismo puede pensar de un socialista que como máximo aspira a ser ninot indultat de Mónica Oltra y Antonio Montiel .