Pensiones

Imagínese usted un banco que explique públicamente que sus ingresos no cubren sus gastos. Eso sería tan raro como que nevase en Jávea o que Ximo Puig lograse la revisión del sistema de financiación autonómica.

Pues eso, suponga que la directora general de Trukubank sale ante los medios de comunicación y les dice: Señores, llevamos ya varios años que nuestros ingresos no cubren nuestros gastos. Todos sabemos lo que pasaría: los clientes del Trukubank entrarían en internet, vaciarían sus cuentas y la entidad, definitivamente, se iría a la porra. Y con ella, su directora general.

Solo se atrevería a hacerlo en el caso de que sus clientes estuvieran prisioneros, sin posibilidad física ni legal de acceder a sus ahorros. Pero eso sería ilegal. ¿O no?

La vicepresidenta del Gobierno ha explicado esta semana que los ingresos del sistema de pensiones no son suficientes para cubrir el pago de las pensiones a los jubilados. A mí, sinceramente, me han entrado ganas de ir corriendo a la Seguridad Social y decirle que se olvide de mí y me devuelva todo lo que le llevo dando estos añitos. Pero resulta que no puedo. No hay ninguna opción de que recupere mi dinero. Creo que, lamentablemente, ni siquiera puedo considerar que ese dinero, mucho o poco, sea mío.

Las cotizaciones a la Seguridad Social nacieron como una suerte de ahorro gestionado por el Estado de cara a la jubilación del cotizante. Luego, el gobierno de turno cambio la portería de sitio y dijo que en realidad, las cotizaciones que pagaba un trabajador eran para pagar la pensión a los que ya estaban jubilados.

Estaba claro que la cosa se complicaba, pero bueno, se trataba de cambiar de mentalidad. Supongo que es lo que va a hacer ahora el Gobierno . Si las cotizaciones no son suficientes para las pensiones, pues se coge el dinero de otro sitio, como hicieron en el cambio de portería anterior. Páguenlo con el IVA, con el impuesto especial de gasolinas o con lo que les parezca.

Además, piénsenlo bien antes de liarla. Los tribunales están últimamente dando la razón a los clientes de los bancos por cuestiones como las cláusulas suelo. Y, la verdad, la famosa cláusula es un cuento de hadas frente a una posible estafa de la dimensión de dejar de pagar las pensiones a quienes han estado cotizando toda la vida.