Política
Pedro Sánchez invoca «el espíritu de Xirivella» y obra el milagro en el PSOE
El 40 Congreso Federal cierra las heridas del pasado y muestra un partido cohesionado en torno a su líder
Aquella mañana de sábado en Xirivella la lluvia amenazaba con deslucir el acto que Pedro Sánchez había convocado con militantes socialistas. Por aquel entonces eran los únicos que estaban dispuestos a escucharle. La tormenta, en forma de primarias, ya se había desatado en el PSOE y la guerra interna por controlar el partido no había hecho más que empezar.
Sánchez había dimitido como secretario general, o más bien lo habían hecho dimitir, y había renunciado a su escaño como diputado. Su rechazo a abstenerse para facilitar un Gobierno del PP tras dos repeticiones electorales y el abandono de 17 miembros de la Ejecutiva del partido lo sacaron de Ferraz y del Congreso.
Entre los dirigentes que sentenciaron su caída estaba el mismo Ximo Puig que este domingo, en el acto de clausura del 40 Congreso Federal que los socialistas han celebrado en Feria Valencia, abrazaba efusivamente al ahora presidente del Ejecutivo. Esta vez, Puig sí que ha ejercido de anfitrión.
A finales de octubre de 2016, Sánchez aseguró que iba a recorrer España con su coche para escuchar a los militantes. Y la primera parada la hizo en la localidad valenciana, donde empezó a medirse la magnitud del fenómeno ante más de mil de personas en el exterior de un auditorio. Una de ellas era José Luis Ábalos .
Como si de un' efecto mariposa' se tratara, en aquel mitin las bases dieron un golpe sobre la mesa que llevó a Sánchez a la Moncloa. Cuando todavía no se había cumplido un año de la jornada en la que la autoproclamada como «única autoridad del partido» pedía que alguien le recibiera en la sede de Madrid, el disidente recuperaba el liderazgo del partido tras unas primarias que abrieron en canal a la histórica formación.
Desde entonces, ha ganado una moción de censura y ha llevado al PSOE a la victoria en dos elecciones generales. En un lustro el defenestrado del grupo se ha convertido en el líder de la banda. Porque en política no hay nada como tener el poder y saber mantenerlo .
Este fin de semana, los socialistas han regresado a Valencia con un ánimo muy diferente y un partido totalmente renovado. Eso sí, Ábalos ya no tenía el asiento reservado en primera fila. De hecho, «todavía no» ha hablado con el presidente desde que le comunicara en julio que era uno de los nominados para abandonar el Gobierno.
Quitando la incomodidad inexplicable que genera el exministro y exsecretario de Organización, teniendo en cuenta que Carmen Calvo -en su misma posición- fue ovacionada, todo el mundo ha tirado los cuchillos al suelo en los corrillos para pasar a guardarse el sitio en la cola de las food trucks . La imagen de la «unidad» suena a 'Paquito el Chocolatero' y a C. Tangana, porque ambos pueden convivir.
Por supuesto, hay discrepancias en algunos asuntos, como la reforma de la financiación, y acuerdos en otros, como la abolición de la prostitución. Pero si algo es unánime en el partido del puño y la rosa es el culto al líder: Sánchez es el cirujano que necesitaba la formación para coserse a si misma y sanar las heridas del pasado .
Durante el fin de semana de postoperatorio se han debatido muchas ideas y se ha bebido mucha cerveza. Porque todo el mundo ha llamado a las cosas por su nombre y ha dejado claro que lo del PSOE en Valencia era una fiesta a la que se ha querido apuntar el siempre crítico Felipe González y a la que ha sido invitada -por vía telefónica directa con el secretario general- hasta Susana Díaz.
Como todo buen festival, el cónclave de los socialistas también ha terminado en alto. Alrededor de 9.500 afiliados y simpatizantes se han concentrado en el Pabellón 5 de Feria Valencia para cerrar el tercero de los cuarenta congresos del partido que se han celebrado en la capital del Turia -el primero en dos siglos- con un discurso de los que marcan el inicio de una nueva etapa .
Como aquel sábado en Xirivella, hoy el día también se ha despertado lluvioso. Pero los socialistas no podían permitirse más chaparrones y se han asegurado el éxito en un espacio cerrado y muy amplio, a solo diez kilómetros de la plaza en la que empezó todo.
«El espítiru de Xirivella con Pedro» , rezaba una pancarta situada en las gradas del recinto que la realización televisiva ha pinchado después de que la nueva cúpula del PSOE cantara 'La Internacional' con el puño en alto. Muchos eran ateos -como canta El madrileño- pero ahora creen. Sánchez ha obrado el milagro.
