Paulino Linuesa - Historia militar de la Comunidad Valenciana
Inflexión en la Guerra de África (1923)
«La resignación y el pesimismo habían sustituido toda esperanza y por ello prevalecería una vez más la indecisión política ante los intentos militares encaminados a resolver el problema»
Como todos conocemos, la recuperación del territorio de Melilla, perdido durante el Desastre de Anual , se inició inmediatamente. Sin embargo, aquel impulso esperanzador no supo o no pudo ser provisto de la suficiente energía para aprovechar el momentáneo apoyo popular de una opinión pública que recelaba de la «aventura africana». Por ejemplo, en septiembre, según la prensa de la época, el vapor Escolano había partido del puerto de Valencia con el primer batallón del regimiento de Guadalajara, con una composición de unos mil valencianos para reforzar la Plaza de Melilla.
En apenas dos años, la adhesión de la opinión pública provocada por el «Desastre» desapareció, hasta el punto que a mediados de 1923 la resignación y el pesimismo habían sustituido toda esperanza y por ello prevalecería una vez más la indecisión política ante los intentos militares encaminados a resolver el «problema africano», que con sus aciertos y errores, que los hubo, probablemente hubieran evitado los sinsabores de las numerosas crisis políticas e institucionales, que terminarían minando la pacífica convivencia nacional.
Debemos recordar que entre la fecha del «Desastre» y septiembre de 1923, cuando se produjo el Golpe de Primo de Rivera , hubo cuatro gobiernos que tuvieron las responsabilidades del Desastre como prioridad de sus políticas: Allendesalazar, Maura y Sánchez Guerra de signo conservador y el liberal García Prieto.
Recordaremos también que en 1922, presidiendo Maura un gobierno de concentración nacional, tuvo lugar la casi olvidada Conferencia de Pizarra, celebrada en esta villa malagueña donde, entre otras cosas, se acordaría afrontar un desembarco en la bahía de Alhucemas , clave para doblegar la rebelión rifeña de Abd el-Krim y su autoproclamada República del Riff. Fernández Riera dirá que Pizarra fue concebida como una «solución honrosa de un problema irresoluble, una decisión mesurada, digna de la sabiduría del viejo político». Pero la caída de su gabinete un mes después acabo con ellas.
También, en julio de 1922, se procesara a los generales Berenguer, Navarro y a otros jefes y oficiales de la Comandancia General de Melilla. Berenguer presentara su dimisión que será aceptada, designándose al general Burguete, decidido partidario de la vía diplomática frente a la meramente militar, como nuevo Alto Comisario. Inmediatamente, planteara al gobierno llevar a cabo la ocupación de Tafersit, Buhafora, y Tizzi Azza, como «base de partida» para realizar posteriores avances hacia Alhucemas, y que se ocuparan en Octubre de 1922 con bastantes más dificultades de las esperadas.
El nuevo gobierno de García Prieto establecerá por primera vez, un Protectorado de carácter civil, nombrando al señor D. Luis Silvela como Alto Comisario, pero muchos temían que, a estas alturas, el abismo «de horror y odio» que había abierto Annual, resultara difícil salvarlo con medidas de carácter exclusivamente político.
Si bien en enero de 1923 se rescató a los prisioneros supervivientes de Annual mediante el pago de 4.000.000 de pesetas , aunque algunos en un primer momento habían podido escapar del Cuartel General Rifeño como el Médico militar y Laureado Vázquez Bernabeu recibido como un héroe en Massanassa; desde abril, al mismo tiempo que se inician negociaciones secretas con Abd el-Krim, Tizzi Azza y las posiciones inmediatas comenzaron a ser hostilizadas, recrudeciéndose las agresiones a lo largo del mes de mayo. Era evidente que los rifeños querían negociar desde una postura de fuerza.
En Melilla, la política errática de los liberales había provocado ya dos dimisiones casi seguidas de sendos Comandantes Generales, la del general Losada, y la del general Vives, coincidiendo con los combates de Tizzi Azza. Al final será nombrado el general Martínez Anido, que también dimitiría pronto en desacuerdo con la política gubernamental sobre el Protectorado.
Levantado el cerco a Tizzi Azza, en una durísima operación que costó la vida entre otros, al Teniente Coronel Valenzuela, jefe del Tercio, Abd el-Krim, consciente de su fracaso, inició de nuevo negociaciones para evitar la inmediata «explotación del éxito» de las fuerzas españolas , ya que ante su pasmosa derrota y debilidad, la ocasión era inmejorable. El nuevo Alto Comisario se opondrá a ello.
Para compensar su derrota y su prestigio, Abd el-Krim atacara en Agosto Tifarauin, posición próxima a la costa, que aguantaría la embestida de más de 9.000 rifeños que fracasarían de nuevo después de un durísimo cerco. Nuevamente se vio que buscaban un nuevo Annual y que las fuerzas de choque españolas, con su valentía y heroísmo, habían evitado. Otra vez el Gobierno impediría la lógica «explotación del éxito» que supondría con muchas probabilidades la derrota definitiva de Abd el-Krim, por el contrario, se volvería a establecer negociaciones de nuevo a espaldas de los mandos militares.
La desdichada «cuestión marroquí» había desembocado en un callejón sin salida donde estaba claro que la costosa «vía política» fallaba estrepitosamente.
En septiembre de 1923 se producirá el golpe del general Primo de Rivera a la sazón Capitán General de Cataluña, y que anteriormente había sido de Valencia, donde un dubitativo general José Zabalza, que podía haber sido la excepción en toda España a la hora de secundar la asonada, fue depuesto como Capitán General por el general Gil Dolz Gobernador Militar de Valencia. Desde aquel momento la situación de la guerra de Marruecos cambiará completamente, abordándose con realismo y decisión tras no pocas vacilaciones iniciales, finalizando en 1927, pero eso es ya otra historia.
*Paulino Linuesa es Teniente Coronel (R), graduado en Geografía e Historia por la UNED y miembro de la Asociación Valenciana de Historia Militar (AVAHISMI) .