Toni Subiela - PEUS DE PLOM
Partiendo
«Parten los contratos, en trozos que acaban en unas u otras manos cercanas que se alegran a costa de otros profesionales a los que difícilmente les llegan migajas públicas para trabajar»
Partir por la mitad todo lo que tocan se ha convertido en la principal característica que define al Botànic , a los grupos que lo componen y hasta a su misma acción política. Cualquier cosa que pasa por sus manos se rompe en trozos pequeños , en partes insignificantes que expresan poco de nuestra sociedad y nada de lo que nos engrandece.
Parten y juntan sus partidos según conviene en cada momento, dígase Bloc, Iniciativa o Verds en Compromís , las tropecientas listas de Podemos o el PSPV–PSOE, la vieja izquierda socialista y tantas corrientes interesadas como a uno se le puedan ocurrir.
Parten los gobiernos y se los reparten, cada uno con un área de gestión de la que no sabe nada su socio de al lado, por si acaso se le ocurre opinar sobre lo que no le debe de importar. Así, el desgobierno se instala en cada una de las localidades donde apañan pactos imposibles, castillos de naipes que no se sostienen cuando las cosas no son tan fáciles como esperaban antes de entrar.
Parten el consenso, se unen ellos separándose de los demás, no contando con nadie para mejorar nada, haciendo las cosas a su manera independientemente de la finalidad que unas u otras obras y servicios pudieran tener. No tratan de romper con el pasado, intentan borrarlo, incluso a costa de lo que muchos particulares y empresas construyeron con esfuerzo y utilidad.
Parten la cultura, entre la suya y la de los demás, categorizando a las personas según lo que deciden estudiar o disfrutar; separando a la ciudadanía , a la misma gente, en mitades contrapuestas que fomentan sin parar.
Parten los contratos, en trozos que acaban en unas u otras manos cercanas que se alegran a costa de otros profesionales a los que difícilmente les llegan migajas públicas para trabajar.
Parten el corazón de todas aquellas personas que depositaron su esperanza en un cambio tan ilusionante como necesario, en una opción que prometió romper con la vieja política y envejeció nada más entrar.
Unamos lo que es mejor compartir, juntemos los intereses de la ciudadanía que representamos y no miremos tanto nuestro ombligo, trabajemos por conformar gobiernos estables y competentes y no por arreglos interesados, consensuemos nuestras mejores propuestas y que estas aspiren a representar y beneficiar a una mayoría ciudadana.
Y si algunos no quieren pensar en lo que importa al resto, si persisten en dividir aquello que nos une, pues la verdad, esperemos que partan pronto.