Joaquín Guzmán - CRÍTICA
La ópera como espectáculo
«La escena de este Samson dista de ser una escena desnuda, las representaciones no dejan indiferente»
![Imagen de la representación en el Palau de les Arts](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2016/01/18/sanson-palau-arts--620x349.jpg)
Se presentaba por tercera vez la Fura dels Baus en el Palau de Les Arts, tras el histórico anillo wagneriano y unos troyanos decepcionantes . Debo decir que en esta ocasión me he reconciliado con los fureros, en una producción que viene de la ópera de Roma, no exenta polémica. Hasta la fecha han pasado por el teatro producciones correctas, elegantes, adecuadas, fieles pero de las que tengo un recuerdo muy vago. Han pasado por mi retina y apenas han dejado huella en mi disco duro . Hay puestas en escena que me invitan a la reflexión y esta es una de ellas. En este caso me surge una cuestión: ¿con las nuevas tecnologías, con las proyecciones, podemos afirmar que esta es una escena desnuda y minimalista o las proyecciones forman parte de la esta como si de un decorado se tratara?
Es decir: ¿la escena es lo que existe físicamente o lo que vemos aunque se trate de un holograma? Sin lugar a dudas entiendo que lo segundo. En este sentido, la escena de este Samson dista de ser una escena desnuda . Por otro lado con Padrissa and Co suelen pasar bastantes cosas. Unas nos gustan más que otras, algunas nos sacan incluso una mueca del tipo «pero de qué van estos» y otras nos hacen pensar. Las representaciones aunque sean de bajo presupuesto no dejan indiferente y eso es un valor en sí mismo, teniendo en cuenta que estamos hablando de una ópera que se viene representando desde hace casi 150 años y una nueva representación clásica poco o nada tiene que aportar .
Nos compramos un DVD del Met y ya lo tenemos. Hay proyecciones que me parecen muy sugerentes tanto en los fragmentos instrumentales de transición como en la danza, situar el coro a capella detrás del patio de butacas, su «manía» de sacar la escena del propio escenario, incluso el vejatorio disfraz que luce Kunde en el último acto que incrementa el escarnio al que es sometido el judío etc. La Fura nos guste o no conciben la ópera como un espectáculo global aunque en un momento dado la música deba estar sometida a la escena y por tanto apreciemos desequilibrios entre el foso y las voces como en el caso de la aparición del anciano que se desarrolla en la propia platea alterando la ortodoxia habitual.
Roberto Abbado lleva a cabo una dirección muy notable y contrastada en cuanto a las dinámicas, aunque eché en falta algunos detalles. Por ejemplo, curiosamente, el inicio de la ópera es una música que resume en su dramatismo y profundidad el carácter de toda la ópera y faltó esa hondura y tensión, quedándose algo plana esta música incial. Es la visión de Abbado, claro. No hace falta que se toque lentamente pero sí con sentido más profundo. Por ejemplo el final del segundo acto lo dirige el italiano con velocidad pero con una fuerza y sentido del drama extraordinario . La orquesta sonó como en sus mejores noches y el Cor de al Generalitat estuvo de ensueño. Una de esas representaciones que se quedan en la memoria. En esta segunda función no se apreciaron desajustes entre el foso y el coro que al parecer sí que existieron en el estreno. La disposición del coro en escena es muy variada: al fondo de la caja, en primera línea junto al foso e incluso desde detrás del patio de butacas pudiendo disfrutar, y cuánto, de la calidad del conjunto en todas las versiones .
Abrahamyan debuta como Dalila, y se le nota que todavía está madurando el rol al menos desde el punto de vista dramático. Todavía se le ve demasiado pendiente de las indicaciones de Abbado mostrándose demasiado fría en muchos momentos. Con el tiempo mejorará su Dalila , es evidente. En cuanto al a voz es cuestión de gustos. Si se busca una mezzo eminentemente dramática que tienda incluso a soprano de carácter no verá en esta mezzo su ideal, y le costará hallarla pues es esta una especie en vías de extinción. Para los que gustan de un instrumento par oscuro, cálido y sugerente, no exento de potencia, Abrahamyan se acerca al ideal a pesar de ciertos problemas de afinación.
Hay que advertir que Kunde, que también debuta pero en este caso se las sabe todas, sufrió una lesión en los ensayos que le impide dar un solo paso a lo largo de la representación. Para ello alterna su presencia ora colgado al estilo Fura, ora desplazado subido en una plataforma que entra y sale de la izquierda del escenario. Esta inconveniencia se olvida en gran medida a la vista de las prestaciones vocales milagrosas de este gran tenor . Kunde no hace un Samson apolíneo en la línea de Domingo sino que se va más a lo heroico y sufriente, para lo que su imponente voz es perfecto. Cuando Kunde canta es una fiesta de principio a fin. Que dure muchos años. Jihoon Kim, en el papel de Viejo hebreo, destacó por timbre muy hermoso y Heyboer y Alejandro López estuvieron más que correctos.
Samson y Dalila, opera en tres actos de Camille Saint-Saëns
Palau de Les Arts. Jueves 14 de enero
G. Kunde, V. Abrahamyan, A. Heyboer, J. Kim, A. López
Cor de la Generalitat
Orquesta de la Comunitat Valenciana
Roberto Abbado, dirección musical
La Fura dels Baus, dirección escénica